El pesimista siempre gana (¿o no?)

El otro día me contaba un periodista que no sé en qué cadena de televisión tenían la tradicional lista de noticias negativas (crisis, protestas, mujeres apaleadas, incendios,…) y una positiva. Y que llegó una noticia nueva y, para hacerle un hueco, suprimieron la positiva, «porque a la gente no le interesa».

Y me caordé de mi madre, cuando quería que tomase la sopa, y yo no quería, y me cantaba las excelencias de la sopa, y me decía, «¡cantan los ángeles! Calla, calla y escúchalos». Y yo me callaba, no oía nada, pero me tomaba la sopa.

Claro que si usted dice «según datos del INE (y no aclara quién es el INE), la entrada de turistas en España creció ligeramente en enero, debido, probablemente, a un error de cálculo, y sin que esto suponga nada positivo para el conjunto de la economía», la noticia será un fracaso. Pero será un fracaso del presentador, claro. Porque la noticia se puede presentar como un motivo de esperanza para los telespectadores. Pero para cantar las excelencias de la noticia hay que tener fe, como mi madre la tenía en la sopa. No es que a los ciudadanos no les interese la buena noticia, es que no le interesa al director del telediario, o al presentador, o a la cadena de televisión, o al periódico, o a la radio,… Pero la culpa no es del desinterés de los sufridos telespectadores.

2 thoughts on “El pesimista siempre gana (¿o no?)

  1. Aunque me gustaría que no fuera así, creo que hay un poco de cada parte. Estoy de acuerdo en que la forma en la que se de una noticia puede condicionar su interés, pero creo que, lamentablemente, también es cierto que «el morbo» de las malas noticias suele «enganchar» más…

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