Las relaciones dentro de la empresa

El jueves pasado estuve en la Universidad del País Vasco, en Bilbao, participando en un Curso de Verano sobre «Generación de valor social a través de los stakeholders«. Mi conferencia fue sobre «La teoría de los stakeholders y la creación de valor«.

Una de las cosas a las que presté atención fue los factores que explican las relaciones entre stakeholders, en la empresa y con su entorno, a la hora de la generación de valor (cómo conseguimos, entre todos, que la empresa genere más valor) y, sobre todo, de la captura de ese valor (quién se lo queda).

  • El enfoque tradicional sobre el tema es el del conflicto o, a lo más, la negociación. Se trata de un problema de poder relativo, que lleva a tres actitudes posibles: la aceptación resignada, cuando en la empresa no se generan rentas suficientes como para que todos ganen; el mantenimiento del status quo, para mantener el poder relativo, de modo que la situación pueda continuar sin grandes problemas, y la confrontación para capturar nuevas rentas. La superación de este punto de vista no es fácil: o se regula el reparto de rentas, o se establecen criterios «justos» aceptables para todos, o se busca la solución cooperativa.
  • El reparto de valor es consecuencia de la cooperación, basada en la estrategia de maximizar el valor económico a largo plazo. Gracias a la colaboración de todos los stakeholders, la empresa consigue una ventaja competitiva que le permite crecer continuamente en la creación de valor, de modo que todos salen ganando, unos más y otros menos, pero todos tienen interés en continuar con esa estrategia. Este es, me parece, el planteamiento estratégico de las relaciones son los stakeholders. Y tiene dos inconvenientes. Uno es la tentación de excluir a los stakeholders más débiles, aprovechando el predominio de los otros (lo que permite mejorar la ganancia de estos, al menos mientras haya otros a quienes esquilmar). Y otro es que, cuando se produzcan cambios tecnológicos, en la demanda, en los costes, etc., y el proceso de crecimiento del valor generado se interrumpa, el conflicto estallará.
  • La tercera alternativa es la renuncia unilateral a la captura de valor económico, sea por una parte (la empresa, obviamente, que es la que tiene más poder), sea por todos (mediante acuerdo, explícito o no). Esto supone abandonar la lucha por la apropiación de valor (criterio del bien común) y la lógica del intercambio de equivalentes (solo doy algo cuando el otro me da también algo que tiene para mí un valor equivalente). Es decir, entrar en la lógica del don.

Y me parece que, cuando decimos que la empresa debe gestionarse para todos sus stakeholders, creando valor para todos ellos, nos estamos refiriendo precisamente a esto último. Este es el auténtico win-win, porque superamos el concepto económico de valor, para incluir otras dimensiones.