No has escrito sobre el nuevo Papa. No: ya han dicho casi todo lo que yo podría decir. Parece que ha caído bien: es lógico, dada la persona. Quizás esperan demasiado de él. O mejor, esperan de él otras cosas que no son las que los católicos esperamos de él. Me viene esto a la cabeza releyendo un artículo de Christopher Caldwell, en el Financial Times del 16 de abril, que me atrajo por el título: «Un nuevo Papa con un punto de vista antiguo y humilde sobre la religión». Lo de antiguo ya me va bien: veinte siglos tratando de desarrollar el mensaje de su Fundador, y de ponerlo en práctica. Humilde, también, porque su objetivo no es comerse el mundo, sino llevarlo a Dios, siempre que los humanos queramos, claro. Si me gustó el artículo de Caldwell es porque ayuda a preguntarse qué es la Iglesia católica. Y, sobre todo, ayuda a no aceptar sin más las respuestas que hemos oído tantas veces.
«Si la Iglesia católica fuese solo una organización, dice Caldwell, la descripción del Papa Francisco que ha aparecido en la prensa esta semana –un ‘amigo de los pobres’, el ‘más espiritual de los miembros del colegio de cardenales’– nos dejaría inquietos sobre su futuro (…) Los tiempos parecen reclamar un tipo duro, más que uno simpático». Pero aclara que los métodos con los que la Iglesia hace frente a sus retos no pueden ser los de la sociedad. «Y así debe ser su liderazgo. Es una organización espiritual, no secular. Funciona mediante el carisma, no la logística o las relaciones públicas». Bien por señalar la diferencia: no es un partido político, ávido de poder; ni una organización económica, que pretende mejorar su cuota de mercado. Muchos de los análisis que vemos en los medios de comunicación, también en los días del cónclave, se equivocaron por ello.
Claro que la Iglesia es algo (mucho) más que espiritualidad y carisma. No es (solo) un grupo de gente que reza, ni una organización de ayuda a los pobres; por otro lado, nadie tiene demasiado interés en meterse con los que rezan y los que hacen caridad. Es, pretende ser, una vía de salvación para todos los hombres: no de solución de la pobreza, la guerra o la injusticia, sino un camino, «el» camino, para la salvación total de todas las personas a lo largo de todos lo siglos. No es, pues, un programa político, económico, social, humanístico…, pero tampoco es ajena a todo esto, porque los programas políticos y económicos afectan, de un modo o de otro, a la posibilidad de que los hombres se salven. De modo que la Iglesia no puede ser neutral sobre todo esto. Y esto es lo que molesta, en tantos casos: la madre Teresa de Calcuta era un personaje simpático cuando abrazaba a los moribundos, pero era mucho más molesta cuando clamaba contra el aborto. Y más aún Benedicto XVI cuando, en el Parlamento inglés, recordaba a los políticos que, sin religión, la democracia no podía ser un sistema político estable.
«Francisco se preocupa de los que necesitan ayuda, pero de un modo distinto de la vía política habitual». Se encuentra con los pobres, claro, pero también llama la atención de los ricos y de los gobernantes sobre unos problemas sociales, humanos y económicos que no hemos sido capaces de resolver aún, aunque, sin duda, tenemos los medios. Pero es que esto último «es más difícil; exige tiempo y esfuerzo». Al final del artículo, Caldwell añade: «Una Iglesia cristiana [ha pasado a dar consejos a otras iglesias] no necesita un ‘líder fuerte’ del mismo modo que lo necesita una empresa. La religión es el liderazgo. Esta es su belleza, y su riesgo. Lo que la gente ha empezado a alabar en Francisco lo convertirá en incómodo para algunos de ellos, cuando empiecen a pensar sobre esto. La humildad del Papa inspirará a muchos. Pero amenazará a muchos también».
El nuevo papa Francisco I vuelve a sorprender tanto a sus fieles católicos, como a los no creyentes en todo el mundo. El pontífice rechazó mudarse al lujoso departamento en el que residía Benedicto XVI anteriormente. Ese ejemplo de humilidad nos recuerda al indigena mexicano San Juan Diego. Mas acerca de San Juan Diego y la Virgen de Guadalupe el milagro que sucedió hace más de 500 años http://www.cancunsteve.com/guadalupe.htm
Reflexionando sobre lo dicho por el Papa Francisco en su primer discurso ante los medios de comunicación: «Queremos una Iglesia pobre, para los pobres», ¿no sería un error tener una Iglesia pobre y enfocarla hacia los pobres? La Iglesia católica por definición, es universal; no puede dirigirse a los pobres prioritariamente. Ellos no pueden cambiar su penosa situación, realistamente, a menos que hagan una revolución, que ya es muy difícil llevar a cabo en este siglo, y harían falta muchas revoluciones… Su liberación de la pobreza deberá ser producto de un proceso de conciliación social y creo que la Iglesia, al ser pobre, limitaría enormemente sus acciones, sus ámbitos e influencia; no puedo imaginarme a una Iglesia pobre. Al Papa sí que lo imagino y admiraría su pobreza y humildad, al igual que admiraría esas virtudes en la Curia, cardenales, obispos y sacerdotes. Pero creo que la Iglesia debe ineludiblemente concentrarse en los ricos para que asuman sus responsabilidades. La Iglesia debe estar para proteger, apoyar, y ayudar a los pobres, pero yo me atrevo a decir, prioritariamente, para llevar a cabo un movimiento amplio y constante para concienciar a los ricos, para infundirles espiritualidad, fe, caridad, justicia. Pienso en una Iglesia para una humanidad más justa, equitativa, responsable… en vez de una Iglesia pobre para los pobres. La Iglesia por ser universal, no puede priorizar un segmento de la población mundial en función de su ingreso o condición social.
Al Cesar lo que es de Cesar, a Dios , lo que es de Dios,muchas veces hemos dejado en manos de politicos o lideres el dirigir la conducta y el pensamiento social humano, influenciar el colectivo de una nacion , es asi como hemos tenido catastroficos desenlaces Hitler, Mussolini, etc, y dictaduras sempiternas en el poder que asumen un caracter mesianico y terminan siendo monarquias llenas de lenguaje revolucionario y popular, por eso la parte de la iglesia ,que habla del ser , de 10 mandamientos , de misericordia , es la que forma pensamiento de justicia social y misericordia activa,lo espiritual levanta el caracter de personas y pueblos y asi su capacidad de alcanzar exitos (ver experimento de donnas en EEUU) negar la influencia que puede tener la iglasia en el desenlace historico al dar fe ante la crisis, ante la adversidad, en convertir el rol de cada uno en responsable del otro y asi sucesivamente, podemos decir que es un rol social , pero yo le llamo justicia y misericordia desde la misma mano del hombre por influencia de su fe.
tal veaz se incomode alguno ante el pedido de superar el egoismo, pero eso es ir directo al punto hoy, causas y efectos de esta pobreza imprevista,creo que el Papa Fracisco, es la persona que Dios necesitaba ante este hoy tan dificil y lleno de incertidumbre por el egoismo y avaricia de pocos.
Como dijiste ya se ha dicho de todo de este nuevo papa, hasta de su congregación los Jesuitas, pero sin duda algo esta ocurreindo dentro de la iglesia, y otra cosa que ocurre con el paso del tiempo es que tiende a tener de nuevo poder la iglesia, por eso es que este papa fue elegido estrategicamente, para unir varias cosas politicas y religiosas.
Seorimícuaro http://www.colegiocades.com seorimícuaro
He leido el articulo con gusto. Pero la doctrina de la Iglesia no es nueva ni vieja, es atemporal como el dacalogo.
El Papa Francisco ha dicho una frase que para algunos sera deficil de digerir:»una Iglesia pobre para los pobres» Uno recuerda aquello de que «pobres siempre estarán con vosotros», muchos se han quedado ahí para vivir tranquilos, el problema es que mi salvación dependerá de lo que yo haga a otros: los pobres, los pacificos, los que lloran, los que tienen ambre, los misericordiosos… y a estos los siento ausentes en el articulo.
Excelente artículo-
Corto y claro.
jao