La mala fama del sistema financiero

Desde los comienzos de la crisis financiera me preocupa la situación del sistema financiero español, europeo e internacional, y me refiero a la situación económica, social, política y ética. Me da la impresión de que la calidad de la dirección de esas instituciones es muy pobre, incluso desde el punto de vista técnico. Y me temo que lo que está en el fondo de todo esto es la idea de que una institución financiera debe maximizar el beneficio, a costa de lo que sea. Luego los resultados son peores de lo que podrían ser con otra estrategia, pero el mal ya está hecho. «Hay que defender a los inversores», «hay que gestionar el banco, o el fondo, o lo que sea, para maximizar el valor para el accionista», «cuidado que esto no vaya a perjudicar la cotización de nuestras acciones en bolsa». Y detrás de esto vienen todos los dolores de cabeza, en los que incurren las entidades financieras, una vez y otra.

Por ejemplo, hoy, 30 de julio, he curioseado la web del Financial Times para rastrear las noticias sobre entidades financieras en dificultades, no solo económicas, sino también legales y morales. Sin pararme a mirar muy a fondo, he encontrado todo esto:

  • Un agujero de 12,8 miles de millones de libras en Barclays.
  • Barclays está a punto de llegar a un acuerdo con los reguladores sobre su apalancamiento, que parece demasiado elevado para el capital que tiene.
  • Lo mismo vale para Nationwide; ambas noticias reaparecen hoy, aunque son de hace unos días. Como es lógico, las entidades protestan: elevar las exigencias de capital reducirá el crédito y perjudicará la recuperación de la economía. ¡Qué malos son los reguladores, que no se dan cuenta de que esto perjudica a los pobres ciudadanos! Por supuesto, no hay referencia a posibles conductas equivocadas anteriores que hayan podido provocar esa falta de capital.
  • Una denuncia a Barclays por el mal uso de informacion confidencial de sus clientes, para beneficio propio.
  • El FT recuerda, a propósito de esto, una multa de hace unos días en Estados Unidos al mismo Barclays, por manipulación de precios de la electricidad.
  • Deutsche Bank ha tenido que hacer provisiones extraordinarias, a costa de sus beneficios, por los costes legales de las denuncias que ha recibido sobre manipulación del Libor y de los precios de las viviendas en Estados Unidos.
  • JP Morgan ha llegado a un acuerdo con la Federal Energy Regulatory Commission de Estados Unidos, por manipular el precio de la energía.

Lamento este listado, pero no hay día en que la prensa internacional no recoja un buen número de desaguisados de las grandes entidades financieras globales. Y esto me lleva a dos conclusiones.

  • En España nos quejamos de nuestros banqueros, pero el problema es, me parece, global; por supuesto que hay banqueros honrados y bancos bien gestionados, pero el listado de malas prácticas generalizadas es, me parece muy largo. Y una consecuencia de esto es que debe haber muchos bancos con dificultades financieras grandes, aunque ocultas.
  • Hay que revisar urgentemente el estado moral, regulatorio y político de esas instituciones. Mientras sigan pensando que lo que tienen que hacer esa maximizar los beneficios por encima de todo y que, para eso, todo vale, los problemas seguirán creciendo. A ellos, probablemente, les preocupa poco, porque esos elevados beneficios les permiten cubrir las pérdidas debidas a sus mismas malas conductas. En todo caso, los beneficios los reciben unos hoy, y las pérdidas las pagan otros, dentro de unos años.

5 thoughts on “La mala fama del sistema financiero

  1. Cada vez que leo cosas así me acuerdo mucho de las clases de economía española y de cómo ya los escolásticos españoles en el s. XVI definían y caracterizaban la problemática asociada a la usura, es decir, al «incremento, lícito o ilícito, que se da como consecuencia de un acuerdo de voluntades que tiene forma contractual» (De iustitia et iure, Lib. VI). Tanto Vitoria como Soto recordaban entonces que el préstamo con interés era injusto aunque aceptaban que pudiera percibirse un módico interés. El problema es que hemos perdido todo sentido de mesura y así nos vemos.

    Muchas gracias por su interesante reflexión.

  2. Las técnicas del sincronismo permiten maximizar el beneficio teniendo en cuenta que los demás también lo hacen. No está mal maximizar si se hace respetando la ética en primer lugar y el manejo de medios (que ya implica conocerlos a fondo e incluye el origen del beneficio) correctamente.
    Los problemas son de otro origen. Se piensa que las soluciones en espacios vectoriales de índole compleja, que son también complejas, no son reales y por conclusión no pueden aplicarse. Y así, aparece el ciclo económico como por arte de magia y se intenta «entenderlo» «realmente» es decir, como ascensión, cima, descenso y sima. Pero aunque eso refleje lo que está pasando en realidad, es un pálido reflejo de la realidad (valga la redundancia). El ciclo económico es numérico o «metálico» (dicho de un modo coloquial) y al ciclo no le interesa que uno lo entienda o no.
    Es como la vida biológica. Se habla de nacer, crecer, reproducirse y morir con gran simpleza como si fuera la vida misma. ¡Pero no lo es! Esa es una burda representación «mecánica». Lo que más interesa de la vida son las interrelaciones y son éstas las que se reflejan en los números biológicos: gramos de comida, cm de alto, etc.; pero más interesan las interrelaciones, repito, que son números también, pero complejos y por eso nadie entiende la evolución correctamente, porque es de una naturaleza distinta a la que los números reales pueden ofrecernos. Se necesita SABER entender dinámicamente esas relaciones.
    Y encima, la ética escapa a todo aquello, porque es un conocimiento amoroso; que solo puede medirlo alguien que lo tenga superior y es ALGUIEN no son precisamente los bancos. Me he extendido mucho. Lo lamento. Gracias por la inspiración.

  3. Querido profesor Argandoña,
    Como siempre detrás de cualquier carencia ética en una organización hay personas y obviamente éstas son las
    responsables de su posible falta de calidad. Pero, ¿quien les inculcó lo de ‘maximizar el beneficio’ a costa de lo que sea?
    ¿Quizá las escuelas de negocio? Muchos profesores como vd. se han pasado la vida intentando introducir en la
    mente de estos estudiantes, algunos futuros depredadores sociales, un poco de conciencia, pero las demás asignaturas
    ‘mazimizar el beneficio’ les absorvía la poca luz que iluminaba sus ambiciosas neuronas.
    Y esto por desgracia sigue y seguirá así. ¿Quien venderá un master diciendo que hay que estudiar cómo revisar sobre todo el
    estado moral de las instituciones? Y esto, ¿maximiza el beneficio?, ¿vale no se cuantos miles de euros? preguntarán.
    Nos queda una utopía (o no tanto), que primero hagamos hombres y mujeres y después expertos.
    Saludos.

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