El buen gobierno colegiado

Mi colega del IESE Luis Manuel Calleja publicó en Expansión del pasado 12 de agosto un magnífico análisis del gobierno colegiado en las empresas, Colegiado, que no quiere decir democrático. «Lo que convierte a un gobierno en ‘colegial’ es la forma de decidir internamente del grupo, el modo de hacer participar y el grado de unidad de fines y de experiencias». 

El gobierno colegiado se aleja del personalismo, del jefe que lo sabe todo y lo decide todo, y del gobierno democrático, del que se diferencia porque exige más concurso de todos y más ponderación. La clave está en que, «tras una votación, la fracción perdedora no solo no se sienta irremediablemente excluida, sino que su concurso sea útil». Eso se consigue cuando los miembros del colegio decisor tienen unidad de propósito y, muy importante, también de criterio operativo para alcanzar los objetivos.

El gobierno personalista es bueno en situaciones de emergencia o urgencia, o en casos muy especializados, en los que el criterio técnico del experto sea decisivo. El gobierno democrático sirve para temas básicos de justicia. El colegiado es adecuado para asuntos de criterio, sin entrar en detalles ejecutivos, que se delegarán en los que tengan que poner en prácticà lo que se haya decidido colegiadamente. Habitualmente hará falta incluir en las organizaciones los tres modelos, según los temas de que se trate.

«La colegialidad evita el autoritarismo y la tiranía, pero debe haber unidad y acuerdo leal de fondo y forma«. Los objetivos personales y las agendas ocultas cuadran mal con esa forma de gobernar.

Antonio Argandoña es Profesor Emérito de Economía del IESE.

2 thoughts on “El buen gobierno colegiado

  1. Estimado Profesor;

    Es mi opinion que en la forma de gobernar o conducir una empresa si se logra los resultados deseados para el bien de todos es lo que cuenta. Las formas de conducir depende en casi todos los casos de las personas que se lidera, para algunos casos es bueno el personalismo, para otros el sistema democratico, para otros el colegiado. Por lo que un lider politico o un empresario, debe contar con las habilidades y flexibilidad necesarias para adaptarse a cada caso.

  2. Don Antonio, interesante comentario.
    Estoy muy de acuerdo con que se debe usar los tres modelos según los temas de que se trate.
    Creo también que no hay que temer al personalismo. Cuando en una organización el nivel educacional general es bajo, el líder debe asumir su responsabilidad actuando autoritariamente, con altura moral, cuidando las formas y dando espacio para que aumente la participación en la medida que las circunstancias lo permitan. Me parece que la figura de san Luis Rey de Francia es muy adecuada como prototipo de ejercicio del mando en este tipo de organizaciones.

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