De la izquierda a la derecha y vuelta (en la economía)

Debo estar envejeciendo (bueno, lo estoy, claramente), porque me he vuelto más pesimista o, al menos, lo parecen mis comentarios. Pero este quiere ser realista. El gatillo, como dirían los anglosajones, para disparar este comentario ha sido la noticia aparecida en el Financial Times del 1 de ocubre sobre el retorno de Mao Zedong, el gran líder comunista chino: no retorno físico, claro, sino sentimental y, sobre todo, político: la gente añora sus éxitos, y algunos políticos tratan de resucitar sus acciones. Pocos se acuerdan de los millones de muertos que provocó con sus políticas, pero, claro, sus intenciones eran buenas: arrancar de su país y del mundo todo vestigio del pérfido capitalismo y convertirnos en el «hombre (y la mujer) nuevo». La resurrección intelectual y política de Mao se debe, según declara el periódico británico, al aumento de la desigualdad en el país.

Al leer la noticia me acordé de un artículo escrito por un exministro holandés, socialista, hace muchos años, probablemente en la época del «triunfo» del liberalismo a costa del socialismo; no recuerdo su nombre, ni guardé copia del artículo, pero sostenía una tesis interesante: el socialismo se fortalecería avanzando en la línea de la eficiencia que los liberales propugnaban, para conseguir un crecimiento más alto y más sostenible, o sea, sin demasiada inflación, déficit público o déficit exterior, para, de este modo, permitir un aumento del gasto público social que permitiese redistribuir una parte de aquella mayor riqueza. Bueno, me parece que este ha sido siempre el ideal de la izquierda, al menos de la izquierda moderada, socialdemócrata o socialista; la extrema izquierda aún no se ha enterado de la importancia de la libertad personal y del buen funcionamiento del mercado para que la riqueza no mengüe. Y, por lo que dice el Financial Times, esto es lo que mueve también a los maoístas chinos ahora.

El problema es que ese sistema es fundamentalmente insostenible. La tentación de redistribuir más llevará, tarde o temprano, a más inflación, exceso de deuda, menos productividad, salida de capitales… y entonces volverá el capitalismo a proponer menos impuestos, menos regulaciones, menos interferencias, o sea, más productividad, más crecimiento… y más desigualdad, y un nuevo regreso a las propuestas socialistas.

No, no soy defensor de que la historia se repita, porque, entre otras razones, cada vuelta es distinta. En la nueva, por ejemplo, hay amenazas a la democracia liberal que no se daban antes, y hay un retroceso de la libertad de mercado, esta vez desde dentro de las propias empresas, que evitan la competencia y, por tanto, ponen en peligro el propio crecimiento económico que proponen. Pero, sí, hay lago cíclico en todo esto. El ser humano es, como decía el filósofo Millán Puelles, esencialmente lujoso en sus necesidades, o, como decía una canción de cuando yo era (más) joven, «todos queremos más». Y no nos hemos tomado en serio la idea de conseguir una sociedad más justa y equilibrada, que sea, al mismo tiempo, respetuosa con la libertad y con la justicia. O sea que… bienvenidos al próximo ciclo.

One thought on “De la izquierda a la derecha y vuelta (en la economía)

  1. La verdad profesor, es que los números (que miden, aunque sea inhumano, la desigualdad) son y serán siempre complejos. Aunque nos gusta sumar y restar cuentas a lo más, fraccionarias; el desenlace siempre será complejo y eso involucra ciclos. Un ejemplo es el igv (impuesto general a las ventas le decimos acá) que siempre es el mismo (19%) pero acompaña a negocios cíclicos durante todo su ciclo de negocio. Las teorías que pretenden aproximarse a la realidad en números, tienen que ser cíclicas, mientras la economía se mida a través de números. Así de frágiles somos y además, no queremos aceptarlo.

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