La piedra que cayó al pozo

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Todas las empresas familiares que crecen, necesariamente llegan a la situación en la que observan que la familia no puede proveer todo el talento necesario para cubrir las necesidades que requiere una cada vez más compleja estructura organizativa. La cuestión únicamente puede ser resuelta mediante la búsqueda de profesionales externos que con su trabajo y experiencia aporten valor a la organización.

Sin embargo, hay empresas familiares donde imperan los criterios emocionales, y acaban por caer en el nepotismo. Éstas prefieren tener la empresa familiar como refugio para los familiares desempleados hasta que se “apañen” y/o encuentren “otra cosa”.

Es frecuente en este tipo de empresas observar la práctica de crear puestos de trabajo pensando en el perfil de los familiares que lo puedan ocupar. Aquí la imaginación y la creatividad son inagotables y ofrecen un amplio abanico de posibles cargos, bien adornados, pero poco útiles. De hecho muy pronto se convierten en un estorbo porque el problema no se ve cuando no hacen nada. Por el contrario, el caos se desata cuando las personas con cargos ficticios, sin capacidad, criterio y/o experiencia empiezan a tomar decisiones que repercuten en toda la organización.

Esta situación la define bien la sabiduría popular cuando dice que hace falta solamente un loco para tirar una piedra al pozo, pero hacen falta cien sabios para sacarla.

Realmente ninguna empresa, familiar o no, está en condiciones de emplear recursos solamente para corregir errores sistemáticos que podían haberse evitado. Por muy grande y exitosa que sea la empresa, esto es un lastre que tarde o temprano pasará factura.

Las familias empresarias exitosas lo saben y llevan mucho tiempo empleando criterios profesionales en la política de empleo de su empresa familiar. Cecil Baring, CEO del Banco Baring en los años 30 del siglo pasado, decía en una carta que «en el banco no tenemos cabida miembros familiares a no ser que demostremos estar en posesión de los requisitos necesarios, esto es, carácter e inteligencia». También en los años 30, Robert Peugeot, uno de los patriarcas del imperio automovilístico, estableció una serie de reglas para que los familiares no pudiesen ser un lastre para la empresa.

Ambos ejemplos, pueden leerse en el libro Dynasties: Fortunes and Misfortunes of the World’s Great Family Businesses. Muchas empresas familiares han seguido estas prácticas que facilitaron su profesionalización y la continuidad. Son ejemplos que hablan de la importancia de tener claro que la empresa familiar no puede ser convertida en la oficina de empleo de la familia y la familia empresaria ha de dejar de lado las emociones donde deben imperar los criterios profesionales. Únicamente así se podrá asegurar que el imprudente no se acerque al pozo.

2 thoughts on “La piedra que cayó al pozo

  1. Profesor Tapies, ha puesto el dedo en la llaga. Es uno de los errores más graves de la empresa familiar: crear puestos ad hoc pensando en algun miembro de la familia. En primer lugar, implica costes injustificados a la empresa. En segundo lugar, si este directivo toma decisiones afectan negativamente a toda la organización y a los resultados empresariales. En tercer lugar, puede generar desorientación, conflicto y desmotivación de los directivos, sean o no familiares, pero que están alli de acuerdo a criterios profesionales. Por último, los costes emocionales para la familia, de corregir una decisión errónea de este tipo son altos.
    En este tema, como en casi todo, más vale prevenir que curar. es esencia que toda familia empresaria fije a priori unos criterios claros y profesionales para la incorporación de familiares, al menos tan exigentes como han de ser los criterios para los profesionales externos.

    1. Estimado Álvaro,
      Uno de los rasgos que comparten la mayoría de las empresas familiares exitosas es que fueron capaces de establecer mecanismos, normas y procesos que faciliten evitar en lo posible, los aspectos conflictivos que les depara el futuro. El tema tratado en este post es sin duda una fuente importante de posibles motivos de discordia que puede ser evitado estableciendo criterios de decisión y mecanismos para gestionar situaciones tan delicadas como la expuesta.
      Saludos
      Josep

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