¡Cómo hemos cambiado!

Hace 30 años, nacía la Cátedra de Empresa Familiar del IESE. Tres décadas después, tenemos un tejido empresarial más competitivo y las empresas familiares siguen reivindicando su papel protagonista en este desarrollo económico, como apuntaba en mi último post.

Si echamos la vista atrás, vemos que ahora tenemos empresas familiares más profesionalizadas y más internacionalizadas. Aunque hay temas que preocupaban entonces y aún hoy siguen preocupando a los empresarios en general, y también a los empresarios familiares en particular, como la reactivación de la economía española.

El Instituto de Empresa Familiar (IEF) acaba de publicar La dimensión empresarial como factor de competitividad, un documento que plantea 50 reformas que consideran necesarias para que las empresas familiares sigan creciendo y creando empleo. El informe incluye medidas fiscales, regulatorias y de financiación como la flexibilización de los contratos; la simplificación del marco regulatorio y normativo, y la simplificación de la fiscalidad, por poner algunos ejemplos.

El sistema impositivo siempre ha preocupado a los empresarios familiares. Solo hay que revisar la hemeroteca para comprobarlo. En 1987, cuando nació la Cátedra de Empresa Familiar del IESE y Carlos Solchaga era ministro de economía, preocupaba enormemente el impuesto de sucesiones. Era tan elevado, que en muchos casos los herederos del negocio familiar decían venderlo porque no podían hacer frente a dicho tributo.

Unos años más tarde, ya con Pedro Solbes al frente del Ministerio de Economía, el IEF señalaba que su “preocupación fundamental” era que las empresas españolas tuvieran un entorno favorable para desarrollar su actividad y que el sistema impositivo no fuera un obstáculo para la inversión y la expansión productivas. Tres eran los temas que preocupaban en ese momento (1993-1994) a los empresarios familiares, según el Instituto de Empresa Familiar: el ya mencionado impuesto sobre sucesiones y donaciones; el impuesto sobre el patrimonio y la transparencia fiscal obligatoria.

En 1999, el II Congreso Nacional del IEF se centró en el Family Office entendido como vehículo de inversión. Destaco este dato porque las oficinas familiares de gestión de patrimonio estaban muy extendidas en el mundo anglosajón, pero aún eran poco conocidas en España, así que el hecho de que el congreso girara en torno a esta temática denota una evolución en los intereses de los empresarios familiares.

Pero las inversiones y la política financiera no son los únicos temas que preocupan a los empresarios familiares. Las encuestas realizadas en el marco de las conferencias de Empresa Familiar del IESE ponen de relieve otro tema crítico: la sucesión. Un 43% de los asistentes a la II Conferencia de Empresa Familiar del IESE consideraba que la discrepancia en los valores, necesidades y objetivos de los propietarios familiares era el obstáculo más importante para salvaguardar la continuidad de la empresa en la siguiente generación. Un año más tarde, en la tercera edición de este encuentro, la sucesión se perfilaba de nuevo como uno de los principales retos a los que se enfrenta este tipo de empresas.

La preocupación por el relevo generacional aparece también citada en todas las ediciones del “Barómetro de la empresa familiar”, que KPMG y el IEF publican desde 2013. Ya en la primera edición, preparar la sucesión, mantener el control del negocio dentro de la familia y la formalización de la función de la familia en el gobierno de la empresa se perfilaban como los principales retos a los que se enfrentan las empresas familiares españolas. 4 años después, en el VI Barómetro de la Empresa Familiar, el gobierno corporativo y la sucesión aparecen, una vez más, como dos aspectos clave para la continuidad de la empresa familiar. Como vemos, el traspaso generacional, la propiedad y la gestión son  preocupaciones que se mantienen vivas a lo largo de las últimas tres décadas.

¡Cómo hemos cambiado!, decía en el título de este post. “El papel de las empresas familiares ha cambiado y también lo ha hecho su importancia en la vida social y económica”, como señaló en la sesión inaugural de la IV Conferencia Internacional de Empresa Familiar del IESE el entonces director general del IESE, Jordi Canals.

Desde que se creó la Cátedra, ha cambiado mucho el contexto pero puede que, en realidad, lo que preocupa a los empresarios familiares no haya variado demasiado en el último cuarto de siglo. ¿Qué os parece? ¿Estáis de acuerdo con esta afirmación?

 

3 thoughts on “¡Cómo hemos cambiado!

  1. Si que han cambiado las cosas y muchas para peor, muy buen artículo, felicidades!

  2. Enhorabuena por el artículo. Las empresas familiares siempre van a constituir un gran motor para la economía Española, la mayoría de las PYMES son empresas familiares que han evolucionado con el paso de los años y algunas se han convertido en auténticos referentes empresariales.

    Un saludo.

  3. efectivamente han cambiado varias cosas como el injusto impuesto de sucesiones aquí en Galicia paro la fiscalidad para algunas pequeñas empresas es aun muy gravosa lo que limita enormemente su crecimiento y mejora . Tengo una muy pequeña empresa de generación eléctrica con una mini hidráulica y esta sujeta a una carga impositiva del 35,5% incluyendo el IS del 25% y un impuesto a su producción del 7% que castiga la eficiencia energética, esto es, cuanto mejor se gestiona la producción mas se paga. Este tipo de regulación no incentiva en absoluto la supervivencia de la pequeña empresa familiar que como esa empresa mía a la que me refiero tiene 114 meritorios años en mi familia. Este no es el camino ¡¡¡

Comments are closed.