¿Juego de la oca o parchís?

De oca en oca y tiro porque me toca. ¿Quién no ha jugado alguna vez al juego de la oca? Es un juego sencillo, que no requiere una gran concentración y donde el azar tiene un papel importante. Incluso puede darse la circunstancia de que un jugador, en un solo turno, alcance la meta si los dados están de su parte. Saltando de una casilla con oca a otra casilla con oca, es posible recorrer todo el tablero en una sola jugada, si se tiene mucha suerte.

Esta mecánica no sería aplicable al mundo de los negocios, tampoco en la empresa familiar: se requiere más concentración y la suerte juega un papel mucho más limitado. La suerte puede contribuir al éxito de una empresa, de eso no hay duda, pero difícilmente será el único ingrediente para lograrlo. A la suerte habrá que añadir una buena estrategia, trabajo duro, tenacidad y perseverancia, además de profesionalidad, intuición, valentía y coraje.

Siguiendo con el símil lúdico, permitidme ahora que os hable del parchís, un juego que muchas veces encontramos al otro lado del tablero del juego de la oca. Se trata de otro juego de mesa sencillo y en el que el azar también tiene un papel importante (como en todos los juegos con dados), aunque en este caso hay lugar para la estrategia. Por ejemplo, cuando decides qué ficha mover, eres tú y no el azar quien toma la decisión, que puede llegar a cambiar el transcurso del juego.

Para poder hacer buenas jugadas en el parchís, y aprovechar así todas las oportunidades que nos brinde el azar, es necesario conocer bien las reglas del juego. Esto sí que sería trasladable al mundo de la empresa: el empresario necesita conocer bien las reglas del juego (el mercado) si quiere salir airoso. Y aún necesita algo más: tener los conocimientos necesarios para poder aprovechar las oportunidades que surjan. Por ejemplo, de nada servirá una oportunidad de exportar si no se sabe nada de exportaciones; o de nada servirá identificar una nueva necesidad en el mercado si no se sabe cómo dar respuesta a ella.

Muchas familias empresarias han sabido aprovechar su turno y avanzar en el tablero más rápido que la competencia. Con una buena estrategia y los movimientos acertados, han logrado hacerse con el liderazgo del sector. Los dados estaban de su parte, han tenido suerte con las casillas en las que caían y, lo más importante, en ese momento estaban preparadas para aprovechar la jugada y mover la ficha adecuada.

En resumen, podríamos decir que, para que la suerte juegue de nuestra parte en los negocios, es importante estar bien preparados para cuando llegue, si es que llega. Adaptando la conocida frase de Pablo Picasso: la clave es que la suerte (y, por qué no, también la inspiración, como decía el famoso pintor) nos encuentre trabajando.

Josep Tàpies es el titular de la Cátedra de Empresa Familiar del IESE y Profesor emérito del Departamento de Dirección Estratégica del IESE.

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