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Cómo mejorar tu pensamiento estratégico

Planificar con la mirada puesta en el largo plazo es uno de los pilares de la función directiva. Eso es el pensamiento estratégico: concebir el futuro y desarrollar las capacidades estratégicas adecuadas para escribir hoy lo que quieres para tu empresa mañana. Sigue leyendo para aprender cómo desarrollar y mejorar tu pensamiento estratégico como directivo.

Cómo desarrollar un pensamiento estratégico

Aquí tienes tres herramientas sencillas que te pueden ayudar:

  • PESTEL. Es el acrónimo de Política, Economía, Social, Tecnología, Entorno y Legal. Una herramienta que permite analizar las oportunidades y amenazas externas para una empresa en un determinado momento. Úsala con frecuencia para ver cómo evolucionan los distintos factores y qué aspectos del entorno pueden afectar
  • Pirámide de Maslow. Este clásico de la psicología del consumo sostiene que las personas vamos avanzando en la escalera de nuestras necesidades en la medida en que satisfacemos aquellas más básicas. En momentos de crisis como el actual, es probable que nuestros consumidores estén bajando peldaños en la pirámide. Por eso, algunos productos o servicios no serán de su interés y debes anticiparte.
  • Las 5 fuerzas de Porter. Este referente de la estrategia competitiva puede servirte para no dejar de pensar qué está cambiando o qué podría llegar a cambiar en tu entorno y en tu propuesta de valor.

Además de estas medidas, también te proponemos:

10 pasos para mejorar tu pensamiento estratégico como directivo.

1. Blinders off: aprende a ver lo que nadie ve

Si mentalmente te pones anteojeras (blinders), como los caballos de carreras, y solo miras hacia adelante, te estarás perdiendo mucha información por el camino. De tanto en tanto, hay que girar la cabeza y mirar hacia los lados. Se trata de abrir bien los ojos para ver más y detectar oportunidades que pasan desapercibidas para otros.

2. Ejercita tus alas: vuela más allá de lo táctico

Cuando caminas, vas con la vista puesta en el suelo, para no tropezar con los objetos que te encuentras por el camino. Eso es la táctica. La estrategia no consiste en caminar, sino en volar para tener una visión más amplia. Cuando empiezas a trabajar en una compañía, al principio solo caminas. Pero a medida que vas creciendo en la empresa, debes aprender a volar y ser capaz de ver más allá de lo meramente táctico.

3. Apasiónate: disfruta con lo que haces

Dedicas muchas horas a tu trabajo. Por eso es importante disfrutarlo, sentirse orgulloso y hacer que el esfuerzo valga la pena. Es importante que te guste hacer lo que haces: reunirte, trabajar con tu equipo, tomar decisiones, imaginar el futuro… Si solo lo haces porque alguien te lo pide, no funcionará.

4. Toma las riendas: gestiona tu tiempo y delega

El tiempo es nuestro recurso más limitado. Piensa en tu día a día: ¿cuántas de las cosas que haces podría hacerlas alguien de tu equipo?

5. Confía en tu equipo: permite que crezca

Una parte muy importante de la planificación estratégica consiste en pensar cómo conseguir que la compañía crezca. Pero una empresa solo crece si sus personas crecen. Es responsabilidad del directivo que las personas de su equipo crezcan, dándoles poder de decisión. Permite que tus colaboradores compartan plenamente los éxitos.

6. No tengas miedo: toma decisiones

Lee, escucha y aprende, pero toma tus propias decisiones. Hay cientos de miles de libros sobre estrategia en Amazon, pero el mejor libro de estrategia es el que tú mismo escribes cada día con lo que haces. Cuando tomes una decisión, persiste. No lo cuestiones todo continuamente.

7. Céntrate en tus clientes

Ponte en la piel de tus clientes, vive sus experiencias. Si tienes una empresa de alimentación, tu trabajo no se acaba en el lineal de la tienda, sino que debería llegar hasta las cocinas de tus consumidores.

8. Sé flexible: adáptate a los cambios

Las cosas van tan rápido que un plan estratégico, una vez redactado e impreso, ya necesita cambios. La agilidad es una habilidad esencial para dirigir empresas. Debes ser firme en tu visión, pero a la vez muy flexible a la hora de ejecutarla.

9. Pide el balón: haz que las cosas pasen

En cuestiones de estrategia, pensar es importante pero no suficiente: si no haces nada con ello, es como si no existiera. Como los grandes futbolistas, tienes que pedir la pelota, no evitarla.

10. Ve por delante: anticípate al futuro

Puede parecer imposible mirar hacia adelante en medio de tanta incertidumbre. Pero en momentos como el actual, visualizar el futuro significa plantearse diferentes escenarios. Las empresas que ganan son las que deciden escribir el futuro.

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Los programas de Executive Education del IESE cubren una amplia gama de formatos y temas, y te ayudarán a mejorar tu pensamiento estratégico. El programa Liderando proyectos estratégicos está diseñado para ejecutivos de alto nivel que se encuentran frecuentemente liderando o involucrados en la gestión de proyectos en sus organizaciones y necesitan mejorar sus conocimientos.

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