Artículo publicado en Expansión el 6 de julio de 2011.
Muchas empresas españolas se están dejando la piel para vender fuera lo que no venden en España. Es el único modo de sobrevivir y mantener los puestos de trabajo. En el caso de empresas industriales y que fabrican máquinas, el esfuerzo es más que arduo, porque -seamos sinceros- vender máquinas con el “made in Spain” es muy complicado, si compites con el “made in Germany”.
Para vender una máquina necesitas que el cliente la revise en tu fábrica y la homologue para asegurar que el producto cumple todas las especificaciones. El cliente debe viajar a España y para ello necesita un visado. Y es aquí donde comienzan los problemas.
Algunas anécdotas reales al respecto. Una empresa de Los Yébenes (Toledo) consigue vender unos transformadores eléctricos al Ministerio de la Electricidad de Irak. Tiene mérito pues allí venden sobre todo los americanos, ingleses, etc. El consulado español niega el visado a la delegación iraquí. El Ministerio iraquí envía una carta a la empresa española cancelando la visita (cito textual) “debido a la falta de colaboración por parte de la Embajada española en Bagdad y dado que no han expedido los correspondientes visados“. Los de los Yébenes no se desaniman y perseveran en el intento. Envían el transformador a Irak para que lo revisen allí. Resultado: dos años de retraso en recibir el pedido. Coste del envío del transformador 85.000€. Coste del viaje para tres personas a España 6.000€.
Otro sucedido real. Mayo 2011. Empresa española consigue un pedido en Irán: 300 aparatos de medición. Mucho dinero. Condición: que el pedido se fabrique y entregue con urgencia. Problema, la embajada tarda 7 semanas en dar el visado al ingeniero y su esposa y ya es tarde para que vengan a España a inspeccionar los aparatos. El empresario se pone en contacto con la embajada, pidiendo que por favor hagan una excepción en los plazos, que se trata de un pedido muy importante de una firma prestigiosa, etc. No hay modo. La conversación acaba con estas palabras del Embajada: “Alterar el orden de entrada de los expedientes, como Vd. pretende, con la excusa de «mostrar flexibilidad» para con una petición que Vd. juzga muy importante para Vd, y que nosotros no valoramos como tal, vulnera nuestros procedimientos. Y, como comprenderá, Vd. está en su derecho de pedirla, pero es esta representación y no Vd. quien debe realizar esa valoración y acceder a ella o denegarla”.
No todas las embajadas son así. Pero según la asociación AMEC un 25% de las peticiones de visados para exportar sufren retrasos. Esta situación se viene repitiendo desde hace cinco años. Sobran comentarios.