- Nuria Chinchilla: valores y ecología humana - https://blog.iese.edu/nuriachinchilla -

¿Economía de mercado o sociedad de mercado?

Hoy empieza un nuevo año, con nuevas ilusiones, nuevos proyectos y nuevos propósitos. Desde el convencimiento de que no habrá paz sin justicia social, os hago llegar esta reflexión sobre la excesiva mercantilización de la sociedad.

Hace años que se viene hablando de Economía social como contrapuesta a Economía de mercado, para ampliar el paradigma economicista que sólo busca resultados sin importar cómo se consigan.

Etimológicamente «economía» significa administración del hogar o del patrimonio, (la palabra viene del griego“οἶκος, oikos” que significa «casa», en el sentido amplio de patrimonio, y  “νέμω, nemo” que significa  «administrar»). De hecho, en el hogar se aprende a ser más humano, y la economía bien entendida tiene que ser social, ya que el sentido de la palabra se refiere al núcleo mismo de la sociedad que es la familia.

En este artículo  [1] el profesor de Política y Justicia en Harvard Michael J. Sandel utiliza el término «sociedad de mercado» para definir la sociedad actual y el riesgo de dejarse llevar en la toma de decisiones por un sólo criterio: el económico.   En su libro “Lo que el dinero no puede comprar”, alerta de la mercantilización creciente de bienes como la ciudadanía (en algunos países como USA o España se puede comprar el visado “Golden”), la sanidad (no sólo se compra la atención médica sino que se puede pasar por delante en una lista de espera de donantes de órganos o comprar el seguro de vida de un enfermo), el medio ambiente (comprando emisiones contaminantes), las penas de cárcel (conseguir una celda mejor), o la seguridad ciudadana y espacios públicos (en algunos aeropuertos hay pases VIP con menos colas), etc.   La creciente mercantilización de todo hace que crezcan las desigualdades que no necesariamente implican pobreza, pero sí erosionan el sentido de ciudadanía y de bien común, tan necesario para que una democracia funcione.

La economía ha llegado a dominar también la política, y los gobiernos se presentan débiles ante el poder de los mercados. En este sentido, actualmente hay una frustración creciente en las democracias de los países del mundo porque se debate sobre temas técnicos y no sobre los grandes valores morales o éticos.   La desigualdad en el mundo es evidente, el 80 por ciento de la riqueza es detentada por el 20 por ciento de la población, y al revés. Esta desigualdad junto con la  persistente pobreza mundial -que según la presidenta de Manos Unidas se podría evitar con una buena gestión pues tenemos suficientes recursos para alimentar a toda la población mundial-, son temas que tienen que entrar en el debate político y económico. Como explica el Papa Francisco en su ultima exhortación apostólica, Evangelii Gaudium (la alegría del Evangelio [2]),  la economía no puede convertirse en una economía de la exclusión.   Es necesario abrir el debate  del papel de los mercados por justicia y por el bien de todos y establecer qué áreas pertenecen y cuáles no pertenecen a los mercados.

¡Feliz y próspero año 2014 para todos!

Nuria Chinchilla es profesora de Dirección de Personas en las Organizaciones [3] en IESE Business School. [4]