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¿Tenemos futuro? Reemplazo generacional: he ahí la cuestión

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Tasa de natalidad por cada 1000 habitantes

¿Cabemos todos en el mundo? ¿Hay suficientes recursos? ¿ Tantos millones de personas en la tierra, contaminamos demasiado? ¿Estamos creciendo indiscriminadamente? Muchos se preocupan por el rápido crecimiento de la población mundial y piensan que el descenso demográfico es una buena noticia para los países que lo experimentan. Pero está ocurriendo todo lo contrario: se está demostrando que el descenso de la población en un país es negativo por muchos motivos. Muchos Gobiernos inteligentes proponen o conceden subsidios o políticas de apoyo a la natalidad con el fin de aumentar el número de hijos. En Europa se ha creado un Foro Demográfico [1] para analizar los datos y proponer recomendaciones para paliar el invierno demográfico que se padece. En Francia y muchos países europeos se asigna dinero a las mujeres con más de un niño. Vladimir Putin ha propuesto beneficios con el objetivo de fomentar que los rusos tengan más descendencia. Japón está considerando implantar más incentivos.

A pesar de las medidas, ya hay 70 países en el mundo por debajo del reemplazo generacional. La tasa de fertilidad, o número de hijos por mujer, no puede ser inferior a 2,1 para que la población de un país, sin inmigrantes, no descienda. En estos 70 países vive la mitad de la población mundial. De entre ellos, Japón, las dos Coreas, Hong Kong, Taiwán, Italia, Rusia y nuestra querida España son los países con las tasas de natalidad más bajas del mundo.

¿Cuáles son los motivos de preocupación de tener bajas tasas de natalidad, motivos por otra parte ignorados por los neomalthusianos, que siguen clamando contra los incrementos de las cifras de población?

En primer lugar, la existencia de una menor proporción de gente en edad de trabajar, en comparación con el número de jubilados. El resultado es que la financiación de las jubilaciones y el gasto sanitario se convierte en un reto cada día mayor, por tratarse de gastos financiados en la mayoría de los países por impuestos sobre el seguro social, que pagan quienes trabajan en el presente.DA-EUR~1

En segundo lugar, el descenso de la innovación, porque hay menor proporción de jóvenes. La gran mayoría de las nuevas ideas provienen de inventores y científicos menores de 50 años, a menudo con bastante menos edad. Las innovaciones también requieren intensos esfuerzos iniciales en investigación y desarrollo, con altas aportaciones de capital y personal cualificado. Ese costo se justifica sólo cuando hay gran demanda de ideas y productos nuevos. La magnitud de la demanda depende del ingreso per cápita y del número de  beneficiarios potenciales de esos nuevos productos. Incluso los efectos negativos del crecimiento poblacional que a menudo se citan, tales como una mayor contaminación, se pueden solucionar o aliviar con más gente. Una población más numerosa aumenta el incentivo para innovar, lo que incluye las innovaciones destinadas a reducir la contaminación.

En tercer lugar, una sociedad con niños es más alegre, esperanzada, creativa, generosa, por una sencilla razón: tiene futuro. Y cuando hay futuro hay esperanza y razones para vivir. Los niños necesitan un ambiente generoso, optimista, en el que se sientan aceptados incondicionalmente, pero es que a su vez  lo generan; es una cuestión de retroalimentación: tú me procuras un ambiente mejor y yo lo alimento con mi presencia. Los niños son un acicate para que los adultos hagamos un mundo mejor.

En cuarto lugar, la reducción de una población implica el no reemplazo cultural, la pérdida de la historia, tradiciones, valores, cultura y lengua.  Según datos del Banco Mundial, Rusia disminuirá su población actual en un 25 % en el 2050. La solución para esos países es abrir las puertas a la inmigración. Pero la inmigración a gran escala crea problemas políticos, económicos y sociales en casi todas las latitudes. También económicamente se comprueba que hay inmigrantes temporales que desean regresar a sus países y que envían sus ganancias fuera, de modo que ese dinero tampoco se queda en el país que les acoge.tfw-0328-esg

¿Se puede revertir el reemplazo generacional? Gary Becker, Premio Nobel de economía, en su artículo Faltan niños [2]  es poco optimista con respecto a la recuperación de la tasa de reemplazo generacional. Para Japón y Rusia prevé un futuro demográfico y económico preocupante, ya que desde 1970 ningún país que ha caído muy por debajo del nivel de reposición ha logrado posteriormente un salto en su tasa de fertilidad.

¿Y qué hay de España?

G. Sping-Andersen de la Institución Catalana de Investigación y Estudios Avanzados (ICREA) en su libro El déficit de natalidad en Europa [3]  editado por «La Caixa», analiza la dramática situación de la natalidad en España, sus causas y sus consecuencias futuras para el país. Señala que España es objeto de un análisis profundo, porque exhibe un comportamiento que se desvía de otros casos de natalidad muy baja.

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Tasa de fecundidad (num. hijos por mujer) en España

España ejemplifica esta fecundidad muy baja con apenas 1,4 hijos por mujer en edad fértil y, de persistir esta tendencia, al final de siglo su población total será apenas un 25% del tamaño actual (datos INE [4]), en el año 2100 tendrá “una población de tan sólo 10-15 millones de personas» (estas previsiones no tienen en cuenta la inmigración o emigración). Las razones según G. Sping-Andersen son variadas: las mujeres aplazan la maternidad; se enfrentan a dificultades para conciliar su vida familiar con la profesional; las ayudas del Estado del bienestar a las familias son insuficientes y las parejas dudan si tener hijos debido a la  incertidumbre económica y social. Las tasas de paro son muy elevadas, en particular entre los jóvenes, y España sufre un espectacular aumento de las tasas de divorcio y cohabitación.

¿Por qué baja la tasa de natalidad?

Desde la segunda mitad del siglo XX, la caída de la natalidad es una constante en prácticamente todas las sociedades avanzadas por multiples causas como las variables educativas, las características del mercado laboral, el impacto de las políticas públicas, los cambios culturales en los roles del hombre y la mujer, así como las nuevas configuraciones familiares.
Las bajas tasas de natalidad  se deben al alto costo de la educación y manutención de los niños, especialmente cuando las mujeres tienen un elevado nivel de educación. La preferencia de los padres (en las economías basadas en el conocimiento) de invertir más en cada hijo en lugar de tener más hijos, la falta de trabajo estable y la falta de medios para tener su propia casa también influyen en el retraso de la paternidad.

La tasa de nacimientos podría incrementarse aumentando las asignaciones a las madres y dando subsidios a los establecimientos de educación. Pero incluso los subsidios generosos a los padres suelen tener poca efectividad si no van acompañados de una cultura social que valore la maternidad y la paternidad, de una cultura del bien común, menos individualista, que valore el compromiso y el largo plazo. Los políticos de todos los colores deberían hacer un pacto por la familia, para fomentarla y apoyar a los padres que tienen hijos o mayores dependientes  y a las empresas que promueven la Responsabilidad Familiar Corporativa y facilitan la conciliación de la vida familiar y laboral de sus empleados.

El futuro está en nuestras manos y pasa por pensar en las nuevas generaciones desde la solidaridad inter-generacional, fortaleciendo los vínculos familiares. Hay que abandonar la mentalidad de la escasez con la que se muchos se mueven en nuestra sociedad. Pensar que lo que te doy ya no es mío nunca más o que lo que te quito ya no es tuyo nunca más, es una ilusión, donde la verdad queda oculta. Estamos en un mundo donde todo es sistémico y con suficientes recursos. No necesariamente abundantes, pero sí suficientes.viejo_joven
Para salir del círculo vicioso en el que estamos instalados, necesitamos el valor del respeto, respectum en latín, valorar al otro, re-mirar y volver a mirar, a fin de descubrir dónde estamos y dónde podemos llegar a estar, saliendo del paradigma que nos separa a unos de otros y entrando en el que nos hace hermanos y, por tanto, corresponsables del destino de los demás.

Para la vida y el futuro de la humanidad la familia es indispensable, y la familia estable se basa en el matrimonio. Como veíamos en el ultimo post sobre la mejora de la ley española, [5]estamos immerses en la cultura de la muerte, donde existe barra libre para abortar a los concebidos, mientras que las ayudas para nacer son muy escasas. Pero al final, se trata de un tema de valores y prioridades.

En los días que pasamos en Manila hace dos semanas con mi familia pudimos disfrutar de la exuberancia de la naturaleza y de la solidaridad humana ante la adversidad. Allí los niños y los jóvenes son mayoría en una población alegre, solidaria, llena de fe y esperanza en el futuro. Filipinas es un país donde no existe el divorcio y el compromiso es para siempre. En España las rupturas están por encima del 50%.  ¿Y nosotros? ¿Tenemos futuro?

 

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Nuria Chinchilla es profesora de Dirección de Personas en las Organizaciones [6] en IESE Business School. [7]