El juego interior

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Tim Gallwey

El llamado “padre del coaching”, Timothy Gallwey, estuvo la semana pasada en el IESE y nos dejó interesantes conclusiones.
Su historia con el coaching empezó en 1971, en su año sabático de educación superior, trabajando como tenista profesional en Seaside California. Enseñando a jugar a tenis se dio cuenta de que sus instrucciones se incorporaban al alumno cuando el diálogo interior del alumno no lo interfería. Se dio cuenta del poder de la mente en el jugador, y del juicio directo y no directo de saber de la bola, el cuerpo y la raqueta que le impedían aprender, producir y disfrutar del procedimiento.
A partir de estas experiencias publicó en 1974, The inner game of Tennis que llegó a ser un Best seller en New York Times y una serie de TV. Luego publicó The Inner game of ski y The Inner game of Golf. Muchos managers reconocieron las implicaciones del juego interior y lo utilizaron para cambiar cosas en el mundo laboral.
Tim empezó a hacer consultoría en empresas como AT&T, IBM, y en los 90 los métodos de inner game eran utilizados para formar a directivos de alto nivel en Coca-Cola. En 1999, tras 20 años de experiencia aplicando estos métodos, publicó The Inner Game of Work, al que siguió The inner game of teams . En 2009 publicó The inner game of stress y más tarde The inner game of ecoach. (ver link a su web)

Cada acción humana conlleva dos áreas de batalla: la externa y la interna.
La externa es jugada en el exterior de nosotros para superar los obstáculos y alcanzar el objetivo externo.
Pero hay otra batalla que no debemos olvidar. Es el juego o batalla interior que tiene lugar en el interior de la mente de la persona, y que supone superar obstáculos como el miedo, la duda, la falta de concentración, los conceptos auto-limitantes y los prejuicios. En el juego interior hay que superar los obstáculos autoimpuestos que impiden al individuo o al equipo acceder a su pleno potencial

La gente tiene más capacidad de la que cree que tiene. El diálogo interior empieza muy pronto. A los 4 ó 5 años ya empezamos a ser conscientes de nuestra diferencia con respecto a otros. Cuando erramos o fallamos un saque, hacemos juicios sobre nuestra capacidad y nuestra falta de habilidad. Nos decimos “No soy bueno”, “No puedo” y esto influye en nuestra fisiología. En vez de ver una pelota que llega, vemos una amenaza que viene y nos ponemos en guardia para contratacar. Lo mismo pasa en las ventas, y no sabemos cómo el juego interior influye en el comprador. Reconocer que tenemos un jefe en nuestra cabeza, que nos dice qué hacer, cuán rápido hacerlo, cómo…
Tim bromeó :“Yo ya he despedido a este jefe interior 3 veces, pero sigue viniendo a verme”.

Somos seres interiores nacidos a un mundo exterior. Ser conscientes de nuestro juego interior ya es haber ganado la batalla.

La ecuación de la productividad es:  P= p-i

Es decir, nuestros resultados dependen del potencial de cada uno menos las propias interferencias, las que te creas tú mismo según tus experiencias, miedos, prejuicios, expectativas…

Es incómodo reconocer el fenómeno de la auto-interferencia, pero hay que ser valiente, porque está ahí…
¡Tú podrías ser la mina de oro que se está desaprovechando! La productividad de cada uno, puede aumentar disminuyendo estas interferencias interiores o aumentando el potencial. «No lo sé» son las palabras necesarias para empezar a mejorar.
¿Es el trabajo el que nos quema o es nuestra cabeza la que quema? ¿Podemos conseguir que el trabajo nos satisfaga?
No hay que comportarse según las expectativas, sino enfocarse en el proceso, no en el objetivo, pasarlo bien y disfrutar con lo que hacemos. Confiar en la capacidad de aprender. Tenemos 24 horas al día.
Las tres habilidades necesarias son: ser conscientes de cómo nos juzgamos, confiar y dar opciones. La secuencia a seguir tiene 5 puntos: parar, dar un paso atrás, pensar, organizar y proceder.

El triángulo de la productividad en la empresa está formado por tres vértices:
El primero es producir. Pero en el mundo corporativo, el producir por producir solo, está obsoleto. Las compañías que tienen éxito son aquellas que produciendo son capaces de desarrollar al máximo a sus empleados. Cuando la compañía desarrolla las habilidades de sus empleados cuando están trabajando es cuando tiene éxito.

El segundo vértice es que los empleados aprendan.
El tercer vértice es que los empleados disfruten.
La productividad puede seguir siendo la prioridad, pero aprender y disfrutar se deben añadir a la ecuación en toda empresa.
Los valores culturales tradicionales de la empresa, los que ha tenido a lo largo de su existencia, se deben poner sobre la mesa y decidir cúales queremos conservar y cuáles no, porque “la cultura se come a la estrategia en el desayuno”…
Tenemos una definición muy estrecha del trabajo, pero es trabajo humano.
Hay que disfrutar de las 8 horas de cada dia de nuestra vida que pasamos trabajando… Tu involucración  en el trabajo es un regalo, ¿A quién se la das hoy? Al que también te dé un regalo….
Salvando las distancias, mutatis mutandis, este vídeo muestra cómo adiestran a los perros de rescate siguiendo en parte la idea de Tim. Pasarlo bien aun en circunstancias muy difíciles es la base de su eficacia.

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Nuria Chinchilla es profesora de Dirección de Personas en las Organizaciones en IESE Business School.

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9 Comentarios

  1. Excelente Nuria ! Me ha gustado muchísimo.
    En la Empresas que he trabajado reconozco que me he divertido.
    Y me he llegado a considerar Trabajadora por Cuenta ajena en Empresa Propia.
    He sido reconocida y he sabido agradecer.
    Un abrazo y muchas gracias !

  2. Una persona digna de aprender le y pensar que todo empezó en un año sabático de su enseñanza del nivel educativo superior, nunca se sabe hasta donde nos llevara la vida.

  3. Muy buenas tardes, Nuria:

    Me parece una buena aportación, que puede extenderse y profundizarse si se redescubre la dimensión lúdica profunda del ser humano tal como lo plantearon Huizinga y Guardini; ¡Adelante!

    Un saludo muy grande desde San Sebastián

  4. Pablo Ferreiro de Babot

    Nuria: tienes mucho mas que decir del coaching que Tim. Él será el «inventor» pero los que lo practicamos habitualmente con nuestros alumnos, lo «sufrimos» y el sufrimiento rara vez es divertido. Me parece que si no se incluye ese factor de «padecer con» no se llega a ayudar a fondo. De todos modos hay que reconocer los derechos de Autor a Tim, pero bajo esta palabra hay cien formas de apoyar.
    Por si le valen a alguien he llegado personalmente a algunas conclusiones:
    1. El coaching le compete al Jefe (y hay que formar en esa competencia a casi todos)
    2. El coaching no es delegable: la proliferación de mercados de coaching (oferta y demanda) me lo confirma. La calidad se supone que viene con el precio.
    3. El coaching es el cauce de la amistad del que manda, y la amistad no se cobra.
    Como ves, muy discutible todo, pero pensando y discutiendo se prodece, aprende y se divierte uno.

  5. Gracias por vuestros comentarios. Gracias, Pablo, por tus tres puntos sobre lo que es el coaching. Comprados!!

  6. Muchas gracias Nuria por su artículo. Estoy totalmente de acuerdo con lo indicado, yo lo aprendí a partir de una situación laboral bastante incómoda. Tuve la suerte de tener una compañera que me ayudo a cambiar el foco de atención y fijarme en cómo sacar partido a las horas en las que estaba trabajando y disfrutar de lo que hacía en vez de fijarme en la valoración que se hacía de los resultados de mi trabajo ya que, en ellos, influían otra serie de cuestiones que no tenían nada que ver ni con la calidad del trabajo ni con mi profesionalidad.
    Afortunadamente, esa situación laboral pasó y lo que queda de ella es lo que aprendí. Así que le estoy eternamente agradecida a dicha empresa por haberme dado la oportunidad de conocer a esta persona.
    Muchas gracias Nuria de nuevo por compartir tu tiempo, tus experiencias y tus conocimientos con quiénes te seguimos.

  7. Gracias Nuria, muy bueno, no conocia a Timothy Gallwey, leere sus libros, conoci lo que hoy se llama Coachinng en el año 1994 en Seattle de la mano de Lou Tice y su mujer Diane, fundadores de The Pacific Institute, y posteriormente a Stephen Covey, con su famoso libro los 7 habitos de las personas efectivas, todos ellos y alguno mas con Antony Robbins, Robin Sharma, me han guiado y me guian en mi dia a dia, tambien os lo recomiendo, no estaria donde estoy sin sus enseñanzas y herramientas, son tremendamente practicos y eficaces, un saludo.

    Salvador.

  8. Gracias Nuria, no sabia de Timothy, buscare sus libros me parece super interesante el aprender bien este tema tan importante para el bienestar de las personas que trabajamos y de poder aprender y transmitir de una manera diferente al disfrutar cada momento del trabajo diario

  9. Gracias por compartir buena información, actualmente yo lucho conmigo mismo, con mi juego interior. Me cuesta mucho controlarla, ya que aveces me tiene con una mente limitante, poniéndome prejuicios que me afectan mucho en mi vida, especialmente mi vida amorosa.

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