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Contagio emocional: se buscan trabajadores alegres

images [1]A  nadie se le escapa que las personas amables y dichosas mejoran el ambiente de oficina. Hemos hablado recientemente de competencias más demandadas (aquí [2] podéis leer el post más reciente), y ninguna de ellas hacía referencia a la alegría.  Está claro que, hablando de alegría, hemos traspasado  el concepto de competencia profesional y estamos ya en el terreno del temperamento de la persona: aunque mucho depende del entorno, ser alegre o no está en la personalidad de cada uno.

David Rand, investigador de dinámicas evolutivas en Harvard, lo explicó así a la revista Wired: «Cuantos más amigos resfriados tengas, más probable será que cojas un catarro. Pero una vez que lo has pillado, el tiempo que tardes en ponerte bueno no depende de la gente con la que entres en contacto. Lo mismo pasa con la felicidad y la tristeza». Porque, en una primera fase, la empatía equivale a un contagio emocional que se produce automática e inconscientemente. Ciertamente, hay un componente innato por el que las personas tienden a imitar el comportamiento de otros, debido a las neuronas espejo.

De ahí que el ambiente laboral mejore no solo cuando el jefe es alegre y cordial, sino cuando el empleado también lo es. El compañerismo, el trabajo en equipo y el buen rollo, en general, se hace extensivo cuando el trabajador predica con el ejemplo, igual que la productividad aumenta con una plantilla positiva y feliz. Para conseguir empleados alegres, las actividades orientadas a fomentar el bienestar de los trabajadores y los procesos de selección de personal son muy importantes.

En este sentido, los responsables de selección deben ir más allá a la hora de valorar un determinado perfil profesional. No solo deberán centrarse en la formación académica, la experiencia en el puesto o sector, los idiomas o los logros alcanzados por parte de cada candidato, sino que tendrán que considerar que, contratando a un trabajador feliz y con empatía estarán incorporando a sus filas una valiosa fuerza productiva generadora de buen ambiente. El próximo 3 de mayo hemos organizado una Jornada sobre imagen y selección a través de LinkedIn en el campus de Madrid. Aquí [3] tenéis el programa. Sin olvidar que el cambio empieza en uno mismo: las acciones individuales son el motor de los cambios colectivos más positivos de la sociedad.

¿Es un mayor salario lo que proporciona la felicidad? Sin desestimar la importancia de una retribución justa, podemos afirmar –con la Universidad de Princeton [4] que no es la cuestión económica la que nos dará la felicidad. Incluso podría ser lo contrario si pensamos que en el mismo sector se está pagando más por hacer lo mismo. Esta universidad realizó en 2006 un estudio cuyo resultado indicaba que las personas con un salario muy alto son más agradables, pero tan solo durante unos días, ya que según pasa el tiempo aumenta su mal humor y viven con peor ánimo.

Más allá de las gratificaciones, lo más importante en el trabajo y, aquí está la clave, el compromiso y la satisfacción que le produce al empleado sentir que está contribuyendo a algo importante, que ayuda al crecimiento de la empresa y que existe una cultura corporativa [5] que facilita la vida al trabajador.

La psicóloga Sonja Lyubomirsky, [6] profesora de la Universidad de California Riverside y autora del libro Los mitos de la felicidad (Ed. Urano),  junto a sus colegas Joseph Andrew Chanchellor, David Funder y Kate Sweeney, descubrió que la generosidad de unos pocos en el ambiente laboral conseguía irradiar a nivel general un buenrollismo de forma automática. Observaron la interrelación entre los compañeros que eran amables, los que recibían ese trato positivo y quienes simplemente observaban. Y vieron que tanto los receptores de las buenas acciones como los observadores pasivos comenzaron de manera espontánea a ser más generosos con los demás, incluso semanas más tarde de que acabara el experimento. Para los científicos, la conclusión fue clara: lo bueno también resulta tremendamente inspirador para otros.

Como constaté en mi tesis sobre Rotación voluntaria de directivos, hace más de dos décadas, y en línea con la literatura actual, la gente no se va de las empresas, se va de los jefes. Según Margarita Álvarez, directora de Marketing y Comunicación de Adecco, hay que escuchar a los empleados, preguntarles qué nivel de satisfacción tienen en la empresa y qué es importante para ellos. Para conseguirlo, anima a llevar a la práctica 5 consejos para fomentar esa felicidad.

1. Actos espontáneos. La parte del cerebro que controla el placer, se estimula hasta cuatro veces más ante un acto agradable e inesperado.

2- Contratar a gente feliz. Gente positiva, agradable y a la que le guste su trabajo.

3- Rechazar el comportamiento negativo. La mala educación, los chismes y los insultos, deben desaparecer.

4- Celebrar los éxitos. Hay que felicitar al empleado que consigue algún logro para que sienta que es recompensado y de esta forma estimular a los demás trabajadores.

5- Compartir los fracasos. Si se celebran los éxitos y se comparten los fracasos, la gente está más abierta a compartir lo que ha hecho mal, a razonar y mejorar para una próxima ocasión.

empresa_saludable_manzanaPero ser feliz no puede limitarse a la vida profesional. De hecho, somos una sola persona y todo en nosotros está relacionado, la esfera personal, familiar, social y profesional están íntimamente conectadas a través de nuestra toma de decisiones. Por eso es vital lograr el equilibro con la vida personal y saber desconectar del trabajo en los momentos indicados.

Brian Dyson, antiguo Consejero Delegado de The Coca-Cola Company, dijo una vez: “Imaginen la vida como un juego en el que ustedes hacen malabarismos con cinco bolas que arrojan al aire. Las cinco bolas representan: el trabajo, la familia, la salud, los amigos y el alma. Pronto se darán cuenta de que el trabajo se puede representar con una bola de goma: si cae, rebota. Pero las otras cuatro bolas: familia, salud, amigos y alma, son de vidrio. Si dejan caer una de ellas, quedarán irrevocablemente dañadas. Nunca volverán a ser las mismas”.

El profesor Salvatore Moccia, doctor por la UNAV y autor del libro “Trabajar con buen humor” [7] (EUNSA), afirma sobre el discurso de Brian Dyson:

«Este discurso me lleva a reflexionar sobre una de las paradojas más notables de la economía: la paradoja de Easterlin. Según este economista, el poder adquisitivo influye en la felicidad de una persona, pero solo hasta cierto punto, ya que influyen mucho más otros factores no pecuniarios, como la vida familiar y la salud. Easterlin afirma, en consecuencia, que es mejor invertir más tiempo en favor de la vida familiar y de la salud, ya que influyen en el nivel de felicidad más que el tiempo invertido para conseguir unos objetivos pecuniarios.

Según una encuesta, en el año 1981, el 20,1% de los españoles decía sentirse “muy feliz”, mientras que en el 2005 el porcentaje descendió al 13,7 %

Para que podamos “trabajar con buen humor” y disfrutar de un año feliz, os propongo mi pequeño decálogo para encontrar la felicidad en el trabajo, ya que en el trabajo nos gastamos un tercio de nuestra vida.

    1. Las personas no son tan rígidas como suelen parecer; la rigidez la adquirimos con la madurez. Desde 1956 hasta hoy, se han descrito solamente 256 casos de “Síndrome de la persona rígida”: no seas tan rígido (Ningún hombre malo es feliz – Juvenal).
    2. La risa es un idioma universal. Los científicos creen que la risa es una herencia de los monos; de hecho, como ocurre con los bebes, los pequeños monos parecen reírse cuando les hacen cosquillas. Pero la risa de verdad es la nuestra. Ríete cada vez que puedas, incluso de ti mismo (Sé feliz viviendo, porque estarás muerto por mucho tiempo – Refrán Escocés).
    3. Incluso en los tiempos difíciles se pueden encontrar momentos de alegría: basta buscarlos(No vemos las cosas como son; las vemos como nosotros somos – El Talmud).
    4. El buen humor y el mal humor son altamente contagiosos. Las emociones se contagian, y los gafes son 3 veces más efectivos. Una emoción negativa dura 112 minutos; una positiva, solo 42: aléjate de los pesimistas (Quién es feliz, también hace felices a los demás – A. Frank).
    5. El buen humor se puede institucionalizar, o no. ¡Viva la republica feliz de mi casa! (El mundo del feliz es un mundo feliz – Goethe).
    6. El mal humor de “los de arriba” es altamente tóxico. Prometo solemnemente ser siempre un jefe “Doctor Humoris Causa” (Nunca sabremos todo el bien que puede hacer una simple sonrisa – Madre Teresa).
    7. La felicidad en el trabajo influye en la felicidad fuera del trabajo: recordarlo siempre. (Es mejor ser optimista y equivocarse, que ser pesimista y tener razón – A. Einstein).
    8. La felicidad en el trabajo influye en la salud: científicamente demostrado (Si quieres encontrar el arco iris, tienes que aguantar la lluvia – D. Parton).
    9. Es posible compaginar la felicidad con el trabajo. ¡Menos mal! (El placer que acompaña al trabajo hace olvidar la fatiga – Horacio).
    10. El trabajo feliz aumenta la productividad. Una persona optimista rinde entre el 65% y el 100% más que una persona normal (El trabajo más productivo es el que sale de las manos de un hombre contento – V. Pauchet).

En fin, aquí lo tenéis: Si tu felicidad depende de lo que hace otra persona, tienes un problema (R. Bach). Y no le pidas a Huston que te lo resuelva.»

Ya no tienes excusa para trabajar con buen humor.

¡Hasta la semana que viene y feliz Día de Sant Jordi!

PERSESuccess_come_to_those_who_deserves_it__I_can_eat_sand_and_make_myself_ill____425[1]_1 [8]