La prudencia en los asuntos económicos

Durante muchos años, la prudencia fue la virtud más importante para los economistas. Bueno, la prudencia entendida de cierta manera, como el modo más adecuado de conseguir un objetivo. Y ese objetivo era la maximización de algo: de la utilidad, del beneficio, del producto interior bruto…

Adam Smith tenía una frase que viene bien en este caso: «lo que es prudente en la gestión de una familia privada será prudente también en la gestión de un gran reino». Lo que hace falta es siempre una colección de virtudes, para que las cosas funcionen bien, tanto en una familia como en la economía mundial. Y también, claro, en el ámbito de la empresa. Lo que se ha llamado muchas veces «prudencia» en la empresa suele ser avaricia.

De hecho, la conducta de las empresas, de muchas empresas al menos, no es la de la prudencia cruel, loca, orientada solo a ganar más. El éxito del, capitalismo no radica en la avaricia de nuestros empresarios, sino en el conjunto de virtudes de nuestros directivos y empleados: en cómo se ayuda a un colega, en cómo se sonríe al que nos encontramos en un pasillo, en cómo se interesa uno por las necesidades de los clientes… Hay que practicar la prudencia, pero también la fortaleza en los momentos duros, la templanza a la hora de los gastos innecesarios, la justicia en el cumplimiento de los deberes, la lealtad con los colegas, la laboriosidad…

2 thoughts on “La prudencia en los asuntos económicos

  1. Acá estamos en las fiestas patrias más imprudentes de nuestra historia republicana Antonio, pero si algo puedo a aportar a tu aportante entrada de este blog (como siempre lo haces) es que la espontaneidad viciosa de la avaricia es viciosa porque es espontánea y eso es pasividad pura. Polo nos invita a ver las virtudes como actividad y no pasividad. Cómo se hace eso, es difícil de entender, pero está en su tomo 4 (vol 2) de su CTC. En resumen, se trata de actuar siempre racionalmente, pero actuar y corregir apenas se razona que algo va por caminos no previstos. Se entiende empezando por la nutrición que, Polo enseña, siempre es activa. No nos nutrimos sino que estamos nutridos o no que es muy diferente. Lo primero es pasivo, lo segundo es actividad propia 100%

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