Los ODS. ¿Y eso qué es?

Hace unas semanas asistí a la Asamblea Anual de la Red Española del Pacto Mundial de Naciones Unidas. Nos pidieron que nos pusiéramos el pin con los Objetivos del Desarrollo Sostenible para hacernos la foto. Decidí dejármelo puesto en la solapa de la chaqueta. Y esto me ha servido para hacer un experimento muy interesante sobre el grado de conocimiento de los ODS.

Ppin ODS

Normalmente lo que pasa es que veo que a la gente se le va la vista al pin y se le transforma el rostro, entre la sorpresa y el desconcierto. “¿Qué se habrá puesto Joan en la solapa?”, deben pensar. Los más atrevidos lanzan la pregunta: “Oye… Esto que llevas ahí, ¿qué es?”. Muy poca gente me dice: “Hombre! Los ODS!”

Uno de estos casos fue la de un tipo joven que, al entrar en el avión, vi que me seguía con la vista. Al salir se hizo el encontradizo…

– ¿Te puedo hacer una pregunta?, me dijo.

– Sí, claro

¿Eres diputado socialista?

– ¿Y eso?

– Como veo que vas con el pin de los ODS, y Pedro Sánchez lo lleva…

– Hombre… no hay que ser diputado socialista para estar a favor de los ODS, ¿verdad?

– No, claro, pero…

Y empezamos una corta conversación -mientras salíamos por el finger– en la que me contó que se iba a China a hacer prácticas de verano para un Master en comercio internacional que estaba haciendo.

Pues no… No soy diputado socialista… De hecho, ni soy diputado, ni soy… Pero, a lo que íbamos…

Hace un par de años, desde el Comité Ejecutivo de la Red Española del Pacto Mundial nos propusimos que los ODS fueran conocidos por la gran mayoría de la sociedad española. Entre otras acciones conseguimos que El País publicase un encarte sobre los ODS. A la vista de lo que he podido experimentar estos días, estamos bastante lejos de conseguir el objetivo.

Naciones Unidas acaba de publicar el informe anual del estado de los ODS. A poco más de diez años del 2030, fecha que se marcó como límite para cumplir los objetivos, lo que el informe revela es algo bastante esperable: ha habido avances, pero hay mucho por hacer. Lógico. Y sobre todo, lo primero que hay que hacer es conocer qué son los ODS, y cómo pueden ser una buena guía para cambiar prácticas, en las empresas y también –para cada uno de nosotros- en nuestras acciones diarias, como ciudadanos, como consumidores, como inversores…

Puede ser una buena tarea para ocupar algo de tiempo en estas próximas semanas de descanso veraniego… Para quien se anime, esta página del Pacto Mundial puede ser un buen punto de arranque.