José Antonio Segarra: alumno, colega y amigo ejemplar

Conocimos a José Antonio Segarra como alumno del Master. El primer día de clase apareció con su uniforme de sargento de milicias, porque Pere Agell, entonces director del programa, le había advertido de que si faltaba un día no le dejaría incorporar hasta el año siguiente. Se habían juntado la exigencia de Agell con la de Segarra. Nada sorprendente, como tampoco lo fue que, años más tarde, el uno le dirigiera la tesis al otro y firmaran conjuntamente un gran trabajo sobre previsiones.

Fue un alumno excelente. Responsable, sagaz, simpático, colaborador… el alumno ideal para quien da clase por el método del caso, que él tan bien dominó después. Nos alegramos mucho de que se incorporara al IESE al terminar el Master, y más cuando, en 1984, formamos parte, con Juan Antonio Pérez López al frente (que acababa de dejar la Dirección General) del equipo de dirección del Master. Pérez López, Manuel Velilla y nosotros tres. Y Carmen Rossinés, claro.

Fueron unos años inolvidables. Trabajamos como burros, pero lo pasamos muy bien. Nos veíamos constantemente y no dejamos ningún tema por analizar. Cambiamos bastantes cosas, sintiéndonos satisfechos con lo que estábamos haciendo. Como en cualquier equipo, hubo discrepancias y  discusiones, a veces enconadas. José Antonio, siempre atento, participativo y con ganas de arreglar las cosas lo más rápidamente posible, acostumbraba a estar en un extremo y uno de nosotros (Rosanas) en otro,:  el más académico por un lado y Segarra profesional, pragmático y orientado a la acción, por otro . Al final llegamos siempre  a un acuerdo y en el proceso fuimos apreciándonos más y más. José Antonio estuvo invariablemente en el centro de esta red afectuosa.

Cuando aquello terminó nos fuimos cada uno a sus clases, sus investigaciones, sus consultas con una sólida amistad y conocimiento mutuo. Aunque nos veíamos esporádicamente, daba igual: cuando coincidíamos era como reemprender una conversación del día anterior.

Hace poco más de un año, en el contexto de unas reuniones informales que mantenían algunos profesores del IESE, surgió la idea de elaborar un documento que resumiera el espíritu fundacional y tradicional del IESE, sobre todo en lo tocante a su enfoque conceptual y docente. Segarra y Andreu convencieron a Rosanas para que se incorporara al proyecto. Rosanas, aunque bastante escéptico, lo hizo por la confianza mutua entre los tres cimentada en la época del Master. El “empujón” decisivo lo dio Segarra al escribir un largo borrador-inventario que enumeraba lo que habíamos discutido hasta entonces, de lo que existían solo borradores muy parciales. A partir de aquí, un laborioso trabajo a seis manos de ida y vuelta y de corrección tras corrección. Con muchos más acuerdos que desacuerdos, que además se arreglaban fácilmente. Él, a su vivísimo ritmo de siempre hasta que ya cerca del final, tuvo que bajarlo un poco. Su satisfacción (y la nuestra) con el trabajo terminado fue grande cuando dimos de alta el documento OP-0310, “Management, gestión, dirección: la visión singular del IESE”. Con su eterna sonrisa, y una cara medio zumbona medio provocativa repetía “¡es que todo lo que pone aquí es verdad!”. Así lo vemos también nosotros. Emocionadamente, con un cierto brillo en los ojos le decimos desde aquí: “Gràcies, noi! ¡Seguiremos trabajando en la misma línea, aunque sin ti no será lo mismo!”

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