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Cruces en la vida

Para animar la discusión de ayer, un apunte de mi vida. En el hospital de Lloret de Mar, que actualmente es además un hogar de ancianos en cuya capilla acostumbramos a oír Misa los domingos toda la familia, a fin de acompañarlos y bajar un poco la altísima media de edad, me explicaron que se habían retirado las cruces de todas las habitaciones y que estaban abandonadas en un trastero, siguiendo la decisión de los directivos y políticos. La verdad es que un momento crucial de mi vida estuvo muy ligado a ese hospital, y por eso me entristeció profundamente saber que las cruces estaban arrinconadas en el cuarto oscuro en lugar de seguir dando luz a los enfermos y a sus familias. Os cuento:

El 7 de julio de 1978 (tenía yo 17 años) iba con mi Vespino a dar clase de matemáticas a un niño que vivía en una urbanización fuera del pueblo. En un cruce de la carretera tuve un accidente inesperado. La furgoneta que causó el choque me dejó inconsciente y abandonada en la cuneta. Imagino el pánico del conductor al pensar que el impacto de mi cabeza (sin protección) primero contra su vehículo y después contra el asfalto me habían dejado sin vida.

Un joven me recogió, me introdujo en su coche sin importarle que su tapicería quedase manchada por la sangre, y me llevó al hospital. Allí estuve una semana. Tenía doble fractura de cráneo, pero no supieron verlo. Eran otros tiempos, y sólo sabían darme analgésicos «por un tubo» y decir a mis padres que ya me recuperaría. Al parecer, yo repetía que me iba a tirar por la ventana por los terribles dolores de cabeza, y mi madre, desesperada por verme sufrir, se sentaba en la cama detrás mío para apoyar mi cabeza en su regazo, aguantando horas y horas en esa incómoda postura con la esperanza de aliviarme algo esos dolores. Yo no recuerdo absolutamente nada de lo que he escrito, pero sí he visto fotos, y sé que la cruz de esa habitación estuvo acompañando a mi madre esos largos días y sobre todo noches (sentada en una silla) en las que no me dejó ni un sólo minuto. Cuando parecía que ya estaba yo en las últimas, me llevaron en ambulancia al Hospital Clínico de Barcelona. Allí vieron lo que tenía: además del enorme edema cerebral (sin drenaje), ocho coágulos en el cerebro estaban presionando varios centros neurálgicos. Dijeron no entender cómo no estaba ya criando malvas… Fui operada inmediatamente y el pronóstico que dieron a mis padres fue durísimo: si no moría, quedaría paralítica, ciega, con grandes carencias cerebrales… y por supuesto que me olvidara de poder seguir estudiando. Gracias a Dios, solo me quedé sin olfato, sin gusto y sin tacto, pero los 3 volvieros a los 6 meses. En la primera revisión médica salieron algunos puntos de irritación en el electroencefalograma y mi padre, con su humor característico, espetó al médico: «No se preocupe, doctor, ¡esos ya los tenía antes!»

En fin, que aún no era mi hora. Aún tenía que dar mucha guerra por estos pazos. Soy muy consciente de que Dios estuvo ahí en todo el proceso y que fue supliendo tras cada uno de los errores humanos.

Pero volvamos al tema de ayer, la cruz es un constante símbolo de esperanza y una lección de vida para todos, creyentes y no creyentes. A los primeros, además, nos recuerda quiénes somos y por qué vivimos.

Esta tira de dibujos nos muestra la pedagogía de nuestras cruces y del sufrimiento.

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Señor, es demasiado pesada, por favor déjame cortarla un poquito

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Señor, por favor, córtala un poquito más y podré cargarla mejor

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Señor, muchas gracias…

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Usa esto como puente y cruza por encima

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Ahhh, es demasiado corta y no puedo cruzar…

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Sólo hay una salida para los sufrimientos…pasando por ellos, Dios nunca te dará más de lo que puedes cargar. Así que carga tu cruz y regocíjate en el premio.

Aprendamos a cargar nuestra cruz sin renegar y sólo pidamos al Señor fuerza y fortaleza para salir adelante y salir triunfadores.

Cualquiera sea tu cruz,
Cualquiera sea tu dolor,
siempre habrá un resplandor , un atardecer, después de la lluvia …..
Quizás puedas tropezar,
quizás hasta caer…..
Pero Dios siempre está listo
a responder a tu llamada ……
Dios siempre enviará un arco iris
después de la lluvia.

[Fuente Viñetas [1]]