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Foro Impulsa

La semana pasada tuve el placer de asistir al Forum Impulsa, organizado por la Fundación Príncipe de Girona [1]. El objetivo era descubrir e impulsar un ecosistema que facilite a los jóvenes ser emprendedores y poner sus iniciativas en marcha. Hubo grandes speakers como Muhammad Yunus, que inauguró la jornada, mis colegas Pedro Nueno y Julia Prats, otros profesores del MIT y otras personas con impacto como Zaryn Dentzel, fundador de la red social Tuenti, o antiguos alumnos del IESE como Isak Andic, fundador y presidente de Mango o Andrea Christenson, consejera delegada y presidenta de Käthe Kruse Puppen. Por la tarde hubo actuaciones de las nuevas generaciones como el magnífico hip-hop del grupo Broddas o la cantante Sílvia Pérez que supo combinar su maravillosa voz con el sonido del hang (instrumento de percusión creado hace pocos años en Suiza a partir de los tambores de acero de Trinidad y Tobago). También hubo emprendedores emergentes como José Mariano López-Urdiales, fundador de Zero2infinity para la creación del Globo estratosférico capaz de transportar personas al espacio, Pau Garcia-Milà, co-fundador de EyeOS y Javier Fernández-Han, creador con 15 años de Versatile (sistema que combina la tecnología en reciclaje de residuos con creación de biomasa y cultivo de alimentos para países en desarrollo).

En el acto de clausura del Foro IMPULSA, SSAARR los Príncipes de Asturias y de Girona hicieron entrega de los premios IMPULSA, convocados con el objetivo de fomentar la iniciativa, la investigación, la creatividad y la solidaridad, y que reconocen el talento de jóvenes emprendedores en los cuatro ámbitos en los que la Fundación desarrolla su actividad: social, científico-académico, cultural-deportivo y empresarial. En total se concedieron cinco premios: cuatro premios individuales a jóvenes (entre los 16 y 35 años) y a una entidad, que en esta ocasión recayeron en Ruth Ruiz (social), Alba Ventura (cultural), Óscar Fernández-Capetillo y Borja Ibáñez (ex aequo, científico-académico), Pau Garcia-Milà (empresarial) y Fundació Èxit (entidad).

Desde aquí felicito a mi amigo Josep Lagares (PADE 2005 y Premio Bufí i Planas 2008) que ha sido uno de los motores principales de este magnífico evento, que contó con la presidencia de los Príncipes de España.

Al día siguiente tuvimos ocasión de escuchar de nuevo al Prof. Yunus en el Aula Magna del IESE junto a su Majestad la Reina. Jordi Canals le presentó como una de las luces que brillan en nuestro mundo. Yunus nos recordó que prestan 100 millones de dólares al mes, que las mujeres prestatarias son propietarias del banco y que el beneficio vuelve al circuito de préstamo. La pobreza está muy ligada a la salud y por eso se han propuesto otra serie de negocios sociales: vender semillas de vegetales muy baratas, un programa de seguro familiar por dos dólares y licencias para un teléfono móvil para que las mujeres en el pueblo puedan vender ese servicio. Actualmente ésta es la mayor compañía de teléfonos en India y la que más impuestos paga.

En 1973 Muhammad Yunus empezó ayudando al pueblo que estaba al lado del Campus Universitario en el que impartía clases. Empezó prestando 27 dólares.

El 97% de los que reciben microcréditos son mujeres, y el ratio de devolución es el 98%. “Hacemos lo contrario de lo que hacen los bancos: prestamos a los pobres, a las mujeres y no pedimos garantías. Mientras los que prestan a los ricos se hunden, nosotros seguimos creciendo. En el 2008 abrimos oficinas de Microcréditos en Nueva York para pobres. Este año abrimos la tercera. Los pobres no han tenido la oportunidad de conocer el regalo que llevan dentro. Nadie ha facilitado que florezca su potencial y hay que darles la oportunidad de hacerlo crecer”.

Nos recordaba que 2/3 de las personas no tienen acceso a los servicios financieros, por lo que hay que abrir las finanzas para todos y poner a vender a los que piden limosna. “En 4 años hemos conseguido en la India que haya 18.000 personas que ya no pidan limosna, si no que vendan. Alguno hace las dos cosas, depende de la casa a la que vayan. No han hecho el IESE, ¡pero tienen clara la segmentación de mercados!”

También nos animaba a cambiar el concepto de Business porque ganar dinero es sólo una dimensión del hombre. “Pensamos en ellos como si fueran robots, pero las personas somos multidimensionales y tenemos más intereses en la vida. No sólo somos egoístas. Habría que hacer un master en Social Business, pensando sólo en el bien de los otros, sin pérdidas y sin dividendos, intentando solventar los problemas del mundo, como lo hemos hecho para 150 millones de personas en Bangladesh animando a empresas como Danone a poner en el mercado un yogurt a precios hiperreducidos o Compass para que haga redes muy baratas contra los mosquitos para proteger de la malaria o Adidas para que ofrezca zapatos asequibles para cualquiera (es muy habitual que las mayores enfermedades se originen por los pies, que es por donde entran los parásitos), o con la empresa Vitel para que 65 millones de personas puedan dejar de beber agua contaminada por el arsénico que contiene el río”.

Hay muchas crisis que aunque ya no están en los periódicos siguen ahí: la de la comida, la de la energía, la del medioambiente, etc. Y nos comportamos como si no existieran pero todas las crisis van juntas, no van por separado. Son manifestaciones que tienen una misma raíz: la grieta fundamental de la arquitectura con la que vivimos la economía. Nos recordó que tenemos la tecnología para solventar todos los problemas, que la gente joven siente que hay que solventar problemas de otra manera y que son nuestra esperanza. Crear nuestro mundo del modo que queremos. Somos creadores, hay que trabajar por ello y sucederá. Que sólo haya museos de la pobreza, porque ésta haya sido derrotada.

Acabó diciendo que es un gran momento para arreglar nuestro sistema, rediseñarlo y ponerlo en el camino adecuado, que no se trata tanto de hacer caridad ni programas de responsabilidad social, si no que es mucho mejor hacer Social Business con dos características. “Selflessness” y “no dividend”. Se trata de crear puestos de trabajo, no de buscar retorno sobre la inversión.

Fue un placer compartir mesa con él, con la Reina, el Príncipe y diversos empresarios que intentaban poner en marcha nuevas iniciativas en ese sentido.