Mientras seguimos pensando en cómo humanizar la globalización, me llega un ejemplo de disciplina y trabajo en equipo que nos ofrece una visión plástica en la que se sincronizan música y movimiento.
¿Os imaginais si fuésemos capaces de sincronizarnos como ellos todos los que intentamos humanizar las empresas y la sociedad? ¡El resultado de la sinergia sería espectacular!