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Aconcagua Summit

Los cuatro días de trabajo en el Aconcagua Summit [1] para humanizar la globalización se basaron en una metodología activa de compartir ideas y proyectos para construir el futuro en diferentes ámbitos. Alguien dijo que humanizar es abrir conversaciones y eso es lo que hicimos en grupos de gran diversidad de procedencias e historias: desde líderes de comunidades indígenas o vulnerables con mucha drogodependencia y delincuencia hasta líderes empresariales o sindicales. http://aconcaguasummit.org/videos/

Aquí podéis ver al equipo con el que trabajé para intentar humanizar la empresa.

Julio Olalla impartió la conferencia inaugural y nos recordó cómo el observador que somos cada uno de nosotros distorsiona la realidad que ve. Al hablar del hombre moderno nos recordó que al final de la Edad Media aparecen los empiristas como Kepler, Galileo… que empiezan un nuevo modo de saber: probar lo que dicen los maestros. Por ejemplo, Aristóteles decía que las mujeres tienen menos dientes que los hombres… ¡¡¡Y nadie lo había comprobado!!!. A partir de entonces se llegó a un acuerdo implícito y se divide el saber humano en dos: “Ustedes encárguense de lo exterior y nosotros del mundo interior”, lo cual supone una esquizofrenia cognitiva. Como tuvieron éxito los empiristas, sólo existe lo objetivo. Lo subjetivo (emociones, espiritualidad), para la ciencia, no existe.

«¿Cómo integrar los dos mundos? Lo que nos separó de la naturaleza pasó a llamarse “recurso”: todo tiene precio y ya nada tiene valor. En el colegio sólo se aprende lo “hard” y no la ternura, la alegría,… pero no podemos construir un mundo nuevo si no integramos ambas realidades. Agrandemos nuestros ojos escuchando a otros que miran el mundo de otra manera». Como decía Einstein, «lo que nos ha llevado a los problemas de hoy no nos sacará de ellos».

“Hay algo grande que viene, estoy seguro, soy optimista. Hay un instante en que lo imposible empieza a tener lugar. Hay que integrar las emociones. La más revolucionaria de todas las emociones es la gratitud (gratis = porque sí). El agradecimiento es distinto (hay intercambio). Hemos incrementado el total de intercambio de productos y servicios con enorme desgaste de la gente, pero el bienestar humano se ha reducido. Dejemos de echar la culpa a otros y hagámonos responsables: hay que atreverse».

“What is humanity´s purpose on Earth? The things to be done are the ones you see that should be done and nobody else see”.

Unos fragmentos del reciente libro de Álvaro González-Alorda: “El Talking Manager”  (www.thetalkingmanager.com) serían el mejor resumen del espíritu inclusivo, de aceptación y ternura que inspiró todo el encuentro.

Como dijo la Madre Teresa de Calcuta en un congreso de directivos: «Vosotros queréis cambiar a la gente, pero ¿conocéis a vuestra gente? ¿Y les queréis? Porque si no conocéis a las personas, no habrá comprensión, y si no hay comprensión, no habrá confianza, y si no hay confianza, no habrá cambio.

¿Y queréis a vuestra gente? Porque si no hay amor en lo que hacéis, no habrá pasión, y si no hay pasión, no estaréis preparados para asumir riesgos, y si no estáis preparados para asumir riesgos, nada cambiará.

Para lograr que una persona cambie, la vía más prometedora es inspirarle, después de haberle aceptado tal como es. Y eres inspirador cuando los demás no sólo ven en ti cualidades profesionales, sino también algunas cualidades personales dignas de ser imitadas. Cuando hay consistencia entre lo que piensas y lo que dices y también entre lo que dices y lo que haces. En definitiva, cuando transmites autenticidad, una cualidad que se conquista con muchos pequeños esfuerzos y que, con frecuencia, exige nadar contra corriente.”