Algo en lo que casi todos estamos de acuerdo es que la crisis económica actual que vivimos tiene una causa de fondo que es la llamada «crisis de valores» . Si este es el diagnóstico ¿Cúal sería el plan de acción para atacarlo? Los valores para ser efectivos deben encarnarse en personas que los hagan vida. Tanto en la empresa, como en la familia, como en la sociedad. Aquí tenéis [1]la ponencia de mi colega y amigo Antonio Argandoña, presentada en la última sesión del women’s lobby del IESE , que empieza citando:
«… Hoy resulta lo mismo ser derecho que traidor,
ignorante, sabio, chorro, generoso, estafador;
todo es igual, nada es mejor, lo mismo es un burro
que un gran profesor, no hay aplazaos ni escalafón,
los inmorales nos han igualao.
Qué falta de respeto, qué atropello a la razón,
cualquiera es un señor, cualquiera es un ladrón,
mezclao con Stravinsky va Don Bosco y la Mignon,
Don Chicho y Napoleón, Carnera y San Martín,
igual que en la vidriera irrespetuosa
de los cambalaches se ha mezclao la vida
y heridas por un sable sin remaches
ves llorar la Biblia contra un calefón…»
Tango “Cambalache”, de Santos Discé