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Maruja Moragas

Maruja Moragas en su salsaEl pasado día 28 de Abril, mi amiga del alma y colega Maruja Moragas se fue al Cielo tras un cáncer diagnosticado hace poco más de 6 meses. La misa-funeral tuvo lugar ayer martes, celebrada por el Dr. Melé, catedrático de Ética del IESE y concelebrada por D. Mauricio Bravo, sacerdote también del IESE, junto al primo de Maruja, Mn Freixa, y Mn Claret, el párroco de la Iglesia de la Virgen de la Paz. Más de 500 personas de todas las edades abarrotaban la capilla del tanatorio de St. Gervasi. Toda una señal del impacto que tuvo la vida de Maruja, sin contar el río de gente que ya  había ido pasando por la capilla ardiente para rezar por ella, con ella y a ella. Elegimos el programa musical clásico con violines y órgano a su gusto: Canon de PACHELBEL, Ave Maria de SCHUBERT, Panis Angelicus de FRANCK y la Cantata de BACH 147 (Jesus bleibet meine Freude, escuchar aquí). [1]

Os invito a leer la magnífica homilía del Dr. Melé (ver aquí)  [2]Resaltaba su serenidad y su fe, sobre todo a la hora de afrontar con tanta entereza y paz su propia muerte, pues creía fervientemente que en el Cielo iba a estar muy bien con Jesús y la Virgen, donde nos espera a todos.
Había sufrido una separación matrimonial, que le sirvió para reafirmar la lealtad al vínculo matrimonial y la creación de un grupo de mujeres separadas para ayudarles a mantener esa fidelidad, tan cuestionada hoy en día. El libro «Dueños de nuestro destino» [3] fue un primer paso en ese sentido (aunque también va dirigido a los hombres). Su capacidad para buscar la paz y “tender puentes” también fue resaltada. Todos los que la conocíamos en el IESE reconocíamos sus principios inquebrantables basados en una mente de filósofa, su grandeza de alma y  su enorme profesionalidad. El pilar de la familia según Maruja era la mujer y por ello se había dedicado a fortalecer a las mujeres mediante su trabajo desde el Centro de Investigación Trabajo-Familia del IESE. [4]

Al final del acto, su hijo Xavi pronunció un discurso muy emotivo (ver aquí) [5]en el que agradecía a su madre por tantas cosas que le había enseñado, sobretodo sus dos pilares fundamentales: Dios y la Familia, y por los que valía la pena vivir, porque decía que daban la auténtica felicidad.

Su sobrina también le escribió una carta a su tía Maruja agradeciendo su alegría y cariño (ver aquí), [6]que se repartió a los asistentes, junto al escrito de S. Agustín «La Muerte no es nada», cuyo contenido parece que nos lo esté comunicando a cada uno de nosotros. (Ver aquí) [7]

Es curioso que  el día que murió se celebre también el Santo de la cirujana y pediatra Gianna Beretta Molla, que, esperando un hijo, no dudó anteponer con amor la vida de su bebé a la suya propia. Beatificada en 1994, Año de la Familia, por Juan Pablo II, quien la propuso como modelo para todas las madres. También es el Día internacional de la seguridad y salud en el trabajo, según la OIT, donde se recoge la Conciliación de la vida laboral, familiar y personal. Y, como un guiño a su elegancia y exquisitez, me enteré de que también era el día de San Pedro Chanel. El día de su entierro era Sta. Catalina de Siena, doctora de la Iglesia, co-patrona de Europa por ser una mujer fuerte en sus convicciones, que consiguió convencer al Papa para que dejara Aviñón y volviera a Roma.

Es un verdadero lujo tenerla ya como Embajadora para pedirle tantas cosas… Como decían ayer algunos amigos, Maruja ha llegado a la meta, con medalla de oro, dando una auténtica lección y siendo ejemplo de superación, sacrificio y coherencia para todos los que estamos aquí.

Has sido, eres y serás mi amiga del alma. Gracias, gracias, gracias.

 Nuria Chinchilla y Maruja Moragas