- Nuria Chinchilla: valores y ecología humana - https://blog.iese.edu/nuriachinchilla -

Cerebro de hombre, cerebro de mujer: ¿son diferentes?

Picture1Ayer en la conferencia del IWILL (IESE Women International Leadership Lounge), nuestra plataforma  de lobbying para mujeres directivas, antiguas alumnas del IESE y sus amigas, presenté la Conferencia “Cerebro de hombre, cerebro de mujer, bases científicas de la diferencia». Para ello me basé  en los trabajos de la Dra. M. José García-Celma, profesora de la Facultad de Farmacia de la Universidad de Barcelona aí como en los trabajos de la Dra. Natalia López-Moratalla, investigadora y profesora de la Universidad de Navarra, nuestra alma mater. (Si queréis seguir profundizando en estos temas, podéis introduciros en su blog (link) [1] ¡¡Vale la pena!!).

El dimorfismo sexual es un hecho necesario para la transmisión de la vida y la variabilidad biológica, que es riqueza. También es un hecho mil veces constatado que el cerebro humano no es unisex, ni genética, ni anatómica, ni funcionalmente. Los estudios sobre estas diferencias se van multiplicando desde 1980, provenientes de diferentes áreas de la ciencia: medicina, neurociencia, bioquímica, genética, biología molecular, psicología, farmacología, toxicología…

Picture2El cerebro humano con sus 100.000 millones de neuronas tiene una enorme plasticidad. Es un órgano maleable e inacabado al nacer, que va evolucionando durante toda la vida. No así el cerebro animal, que queda atado toda su vida a los códigos de comportamiento, iguales para todos sus congéneres, que permiten su supervivencia y el mantenimiento de la especie. La persona, por ser libre, «afloja esas ataduras».

Para que llegue a alcanzarse la madurez neuronal, han de establecerse miles de millones de conexiones ínter neuronales (sinapsis). Para llevar a término este proceso lo decisivo es la actividad neuronal personal. Es decir, sobre una predisposición natural, diferente en ambos sexos, es la vida personal la que configura un cerebro armónico o no. Nuestros pensamientos y decisiones libres van dejando su huella y conformando el complejo mapa de redes secundarias por las que fluye la información y nuestra respuesta.

Picture3La neuroplasticidad es la que permite los aprendizajes positivos o negativos tras las decisiones. Ante un conflicto o disyuntiva, o bien seguimos el mismo cableado al que nos invita la motivación espontánea, o bien generamos un nuevo cableado, una nueva red secundaria, gracias a la motivación racional. En cierto modo, al igual que se dice con respecto a la expresión facial, mutatis mutandis podemos afirmar que, con el tiempo, cada uno tiene «el cerebro que se merece».

El desarrollo del cerebro tiene que ver con la información genética, con las señales que recibe el niño del entorno familiar y cultural, y en definitiva, con la biografía personal.

La diferencia en la concentración de hormonas parece ser la base molecular de las pequeñas pero significativas diferencias anatómicas del cerebro de los varones y las mujeres, sobre el cableado inicial, innato.

En la etapa prenatal la llegada de la testosterona al cerebro del feto varón a las 8 semanas cambia el tamaño de las estructuras cerebrales (el cerebro de la mujer es más pequeño), destruye las células de áreas relacionadas con la comunicación, e induce la proliferación de áreas relacionadas con impulsos sexuales y centros de agresión.

En la etapa infantil, los estrógenos activan en las niñas las áreas dedicadas a la observación, comunicación especialmente oral y cerebro maternal (motivación, atención, protección). La testosterona hace al niño menos sensible a las emociones y a la relación social. También en la pubertad ocurren cambios en el cerebro XX o XY.

Picture4El funcionamiento del cerebro femenino es simétrico, es decir, se activan ambos hemisferios a la vez (el izquierdo y el derecho). El funcionamiento dle cerebro masculino es asimétrico. Poner en marcha un razonamiento no supone en ellos activar al mismo tiempo las emociones. Consiguientemente, unos y otros desarrollan diferentes habilidades:

– La estrategia femenina en temas visoespaciales es predominantemente de “recuerdo y reconocimiento”, mientras que la masculina es la de “construir” manipulando mentalmente el objeto con el fin de reorientarlo en el espacio.
– Las mujeres aventajan a los hombres en fluidez verbal.
– Las mujeres superan a los hombres en los movimientos finos y secuenciales de los dedos.
– Los hombres son más hábiles arrojando objetos con precisión y más rápidos al tomar decisiones.
– Las mujeres están más en los detalles y tienen mejor memoria a corto plazo.

También existen diferencias específicas en el procesamiento de las emociones, lo que lleva a que:

– Las mujeres sean más vulnerables que los hombres a la presión psicológica que suponen los conflictos interpersonales.
– Las mujeres son más susceptibles a la depresión, desórdenes de ansiedad y transtornos de la alimentación.
– El estrés agudo facilita el aprendizaje y la memoria en los chicos y lo reduce en las chicas.
– El estrés crónico afecta más a los varones que a las mujeres.
– Varones y mujeres usan diferentes estrategias para comprender la expresión facial de las emociones de alegría y tristeza.
– Las mujeres recuerdan emociones y los varones recuerdan acontecimientos. (Por eso a las mujeres les cuesta más perdonar).
– Los cerebros femeninos predisponen a la empatía y los masculinos a la sistematización.

Las diferencias sexuales en el cerebro destacan el aspecto complementario de la mujer y del varón en la familia, en la empresa y en la sociedad. Como muestra de estas diferencias, evidenciadas en la llamada intuición femenina, os invito a ver este spot publicitario ¡A las madres no se las puede engañar!

Imagen de previsualización de YouTube [2]

Nuria Chinchilla es profesora de Dirección de Personas en las Organizaciones en IESE Business School. [3]