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Anitie Kossobe, Teresa Cardona

Teresa Cardona

Anitie Kossobe significa gracias en una lengua local de Costa de Marfil. Y es también el nombre del proyecto que Teresa Cardona, junto con otra profesora, en este caso marfileña, ideó y puso en marcha a finales del curso 2018. Hoy invito a este espacio a la colaboradora de nuestra Cátedra «Carmina Roca y Rafael Pich-Aguilera» de Mujer y Liderazgo, y coordinadora de la iniciativa I-WiL, Cristina Moreno, que ha escrito una reflexión sobre Teresa y el liderazgo femenino regenerador:

«43 años de vida completa. No interrumpida por la muerte, sino completada por una muerte sirviendo, en fidelidad, en alegría, en dedicación, en generosidad. Teresa era, sin duda, un ejemplo de mujer-líder, 13 años al servicio del Colegio Canigó donde la conocí porque mis dos hijas son ex-alumnas; y al servicio del Colegio Mayor Bonaigua, donde un grupo nutrido de jóvenes universitarias, mi hija menor entre ellas, se forma para seguir ese mismo camino.

Se habla mucho del liderazgo femenino. Pero está muy desviado y desvirtuado porque muchos lo entienden como un proceso obligado de masculinización. Desde la Cátedra «Carmina Roca y Rafael Pich-Aguilera» de Mujer y Liderazgo (IESE Business School), dirigidos por su titular, la prof. Nuria Chinchilla, estudiamos cómo la clave está en que la mujer líder sea sobre todo eso: mujer. En un artículo reciente publicado en Temas de Hoy, reflexionamos sobre el papel regenerador que la mujer puede y debe tener en todos los ámbitos de nuestra trayectoria vital: profesional, familiar, personal, dadas sus cualidades particulares, que le vienen dadas genéticamente. 

Teresa Cardona lo había entendido bien y lo llevaba a la práctica desde las cosas más pequeñas o aparentemente insignificantes, sin desanimarse por los errores que todos cometemos a diario. Y en ello estaba cuando el pasado sábado le sorprendió la muerte. Lo sé bien porque una de mis hijas estaba con ella.

Debo a Teresa muchos años de ejemplo a mis hijas, muy de cerca, con el liderazgo entendido como espíritu de servicio y presencia permanente que te deja ser libre y te quiere como eres, mientras de una manera intangible y desinteresada, te mueve a desear ser mejor, a querer esforzarte por tener -como ella- esa perspectiva magnánima que te otorga la humildad bien entendida. 

Hace un rato leía el editorial de julio que escribe la directora de la revista Telva, Olga Ruiz, donde afirma que «los humildes son muy pesados y a menudo tristes». No puedo estar más en desacuerdo, Olga Ruiz. Y tengo un ejemplo de primera: Teresa Cardona era tan alegre que casi se notaba su presencia antes de que entrase en la habitación.

Por razones que no vienen al caso, Teresa Cardona llevaba años siendo miembro de mi familia, ella que había entregado a Dios la posibilidad de crear la suya propia. Una madre es un líder natural, quizá el más genuino. En los momentos más duros de mi vida, su mirada franca y a la vez llena de delicadeza, me abrió paso a otros horizontes de paz, de mejora personal, de familia. Fue madre de mis hijas conmigo y, no pocas veces, por mí. 

@anitiekossobe

Un verdadero líder desaparece. Te deja a ti en primera fila. Donde ahora están mis hijas y tantas otras mujeres jóvenes que ya están haciendo esta sociedad mejor.

La prof. Chinchilla me ha enseñado que Juan Antonio Pérez López, antiguo decano del IESE, y su mentor (por cierto, también fallecido «a destiempo»), decía que «el siglo XXI será de las mujeres, o no será». Desde luego, sus palabras no pueden ser más actuales, a pesar de que el feminismo deshumanizado que sufrimos, que descarta tantas veces al hombre por el mero hecho de serlo (mientras trata de imitarlo en puestos de poder, qué gracia), se empeña en vendernos otra sociedad falseada y desnaturalizada. 

Teresa Cardona, una mujer del siglo XXI. Anitie kossobe.»