A propósito del cambio climático y sus causas, este último fin de semana se han intensificado los #fridaysforthefuture (o «viernes por el futuro»), movilizaciones anti-cambio climático que tienen lugar en todo el mundo, comenzando con una «huelga general por el clima»-organizada en más de 100 países-, que se celebró este viernes 20 de septiembre, anticipándose a la Cumbre de la ONU contra el cambio climático [1], que ha reunido a decenas de presidentes en Nueva York este pasado lunes 23. Las acciones culminarán con la llamada Huelga Mundial por el Clima, el día 27, con cientos de manifestaciones y movilizaciones convocadas alrededor del globo, también aquí en España. Un colega me confesaba su inquietud cuando sus hijas le advirtieron de que lo verían como un auténtico irresponsable y un mal padre si no las acompañaba a la manifestación de este viernes…
Casi cada día se dan cita en los medios informaciones aparentemente opuestas. Por un lado, desembarca en Nueva York la estudiante y «activista» sueca de 16 años Greta Thunberg, siempre acompañada por su «coach», Ms. Neubauer, de la One Fundation, con frases como «quiero que entren en pánico. Que sientan el miedo que yo siento cada día y ¡después quiero que actúen! Que actúen como si la casa estuviera en llamas. Porque lo está», o «no quiero que me escuchen, quiero que escuchen a los científicos y quiero que se unan detrás de la ciencia»…
Por otro lado, la OCDE alertaba de las diez consecuencias medioambientales más alarmantes para la economía, en su informe Environmental Outlook to 2050: The consequence of inaction, que podéis leer resumido en este artículo [2].
En los discursos y vídeos se habla de una mezcla de correlaciones sin causalidad clara entre elementos de lo más variado, como la invasión de plásticos en nuestras aguas, los incendios provocados por el hombre… y el aumento de la temperatura y los fenómenos naturales de tinte catastrófico como inundaciones, sequías. Todo ello produce una sobrecarga emocional sobre muchos ciudadanos que ya afecta a millones de personas (y no solo jóvenes) que hoy sufren solastalgia, también llamada eco-ansiedad, angustia climática o burn-out ecológico, por sentirse parte del problema e impotentes ante el mismo.
¿Debería Greta estar en el colegio y no en las calles, como se pregunta este artículo [3]de El Público? ¿Qué hacen los padres de una menor, permitiendo lo que para muchos es clara manipulación o, llegando incluso más lejos, un caso de abuso de la menor?
Pero hay muchos otros datos. Os dejo «otra verdad» sobre el cambio climático, la del ingeniero chileno Douglas Pollock, «La verdad sobre el cambio climático. El negocio de la ONU». Algunos datos que aporta son:
- Bo KJellén, jefe negociador climático de Suecia del IPPC, acuñó en 2008 el nombre de «Cambio climático», en respuesta al desgaste que sufría el de «calentamiento global» (en realidad «entibiamiento», está mal traducido del inglés). Con esta etiqueta de #CambioClimático hoy se quiere «explicar» todo. Polloc afirma, con datos, que todos los calentamientos globales ocurridos en los últimos 10.000 han sido mucho más intensos, por eso a este de ahora lo llama «entibiamiento» (y dice, además, la mano del hombre solo ha afectado en un 5%). Es relevante que durante el gran calentamiento global que ocurrió en la Edad Media, época en que se construyeron los castillos y las grandes catedrales, la humanidad prosperó como nunca. El frío mata 20 veces más que el calor, como se refleja en este estudio publicado en el prestigioso The Lancet Journal.
- El CO2 fue «satanizado» por Obama (y luego recogido en estos términos por la ONU) a golpe de decreto, declarándolo gas altamente contaminante y muy perjudicial para el ser humano. Pollock recuerda que el CO2 es el «Gas de la Vida», y que en la actualidad estamos en mínimos históricos en la Tierra. Si disminuye un poco más, empezarán a morir plantas y árboles, seguidos del reino animal. El área púramente desértica del Sáhara se ha reducido en 300.000 km2, gracias al reverdecimiento que ha producido en la Tierra el, por otro lado, mínimo aumento del C02. El CO2, en contra de lo que afirma la ONU, no es el causante del calentamiento global. Lo son las grandes fuerzas de la naturaleza, principalmente el sol. La influencia humana es prácticamente nula.
- Si el negocio de las drogas mueve 600.000 millones de dólares al año, el negocio del cambio climático -con la ONU a la cabeza- mueve el doble, 1 billón 300.000 millones al año. Según Pollock, los principales objetivos de las Naciones Unidas son fundamentalmente dos: primero, el reparto igualitario de la riqueza global (¿socialismo?) y, segundo, el establecimiento de un gobierno mundial con la ONU a la cabeza.
Y acaba preguntándose: ¿por qué se ha salido Trump del Acuerdo de París? ¿Hay realmente una crisis humanitaria derivada del cataclismo que se nos viene encima, según la ONU?
Podéis verlo todo en este vídeo. Después, vosotros tendréis la palabra. ¡Seguimos!
Nuria Chinchilla es profesora de Dirección de Personas en las Organizaciones [4] en IESE Business School. [5]