En estas últimas semanas de confinamiento, os invito a ver este documental (que Siloé Films [1] ofrece solo en estos días en abierto), una parábola de Diego Blanco [2]basada en El Señor de los anillos, de Tolkien. Quizá muchos no sabrán lo que hay detrás del escritor británico y su monumental y omnipresente obra, por eso el autor del libro Un camino inesperado, de todos los personajes se queda con Gandalf, «en mi vida personal me apareció uno, es de verdad y existe». Diego Blanco encontró un tesoro: «el libro es un poco así. Te pongo una gafas y te doy varias claves».
En una entrevista (que podéis leer aquí [3]), Diego afirmaba:
«Dicen que es el libro el que te elige a ti y no al revés. En mi caso esto no puede ser más cierto. El Señor de los Anillos me ha acompañado desde pequeño. Es verdad que Dios quiso enviarme aquel libro para ayudarme en un momento muy oscuro de mi vida, en una adolescencia muy difícil en la que vivía, como dice la Escritura en “una soledad poblada de aullidos”. Abrirlo entonces fue como abrir el cofre del tesoro. Intuí que la vida no podía ser simplemente un cúmulo de tristeza y soledad como el que estaba viviendo. Me ayudó a comprender que no estaba solo, que Dios me veía, que conocía mi sufrimiento y venía a salvarme. Yo podía tirar el Anillo, vencer al Señor Oscuro. Sonaba real, parecía verdad, me daba esperanza. Leerlo, “exorcizaba” en cierto modo una abrumadora sensación de desamparo, callaba voces crueles. Aquel libro decía que para tirar el Anillo tenía que ir con una comunidad, y yo me preguntaba: ¿dónde está esa comunidad? Imagínate la sorpresa cuando descubrí que lo que aquel libro decía era cierto, que el Anillo realmente existía y la comunidad también. Que El Señor de los Anillos escondía un significado profundamente cristiano y católico, propio de un autor profundamente cristiano y católico.»