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¡Más madera para unos horarios civilizados!

Seguimos con la ola política y mediática sobre la racionalización de los horarios españoles y las medidas de conciliación. Tras la aprobación del informe el pasado jueves en el Congreso(ver aqui) [1] liderado por la presidenta de la Comisión de Igualdad, Carmen Quintanilla, el Gobierno y el Senado están ya estudiando la tan importante y necesaria reforma. Como me dijo mi amigo Jos Collin, «¡en-hora-buena!», por el día de mi cumpleaños (jugando con las palabras para felicitarme por coincidir la aprobación del texto con la fecha de mi cumpleaños…)

La mediática medida del informe de cambiar el huso horario español al de Greenwich(ver post: ¿Volvemos a Greenwich?» y los numerosos comentarios) [2]  que llevamos proponiendo hace años desde ARHOE [3] , llega con 71 años de retraso y aún hay muchos españoles que no son conscientes del jet lag constante y los costes asociados de no cambiarlo, pero parece que ha llegado el momento oportuno. ¡El Kairos! Como el que llegó con la ley que prohibió fumar en espacios públicos cerrados.

Inmersos como estamos en crisis de todo tipo, necesitamos algo nuevo, bueno e  ¡ilusionante! Que no cueste dinero al erario público, sino todo lo contrario. La racionalización de horarios conlleva muchos beneficios (o menores costes) en salud, familia, productividad…

Antes de la existencia de los husos, los horarios eran estrictamente solares, y cambiaban paulatinamente mientras uno viajaba de este a oeste o al revés. La poca gente que viajaba lo hacía a la velocidad de caballo. No se notaban las diferencias. Con los trenes y la vida moderna se inventaron los husos para tener una misma hora en una franja en la cual la diferencia entre la hora oficial y la hora solar nunca fuera más de media hora. Las localidades en el mismísimo meridiano tenían la hora oficial igual a la hora solar, las demás localidades dentro del huso tenían cada una su propia variabilidad.

El argumento de que se pondrá antes el sol en España y que ahora hay más luz solar es verdad, pero ese tiempo solar añadido se queda ahora íntegramente en el trabajo. La familia y la vida personal no lo disfrutan. El tiempo familiar después del trabajo siempre empieza al caer el día, y ya de noche cerrada en invierno. Alejados del ecuador, en verano hay más luz por la tarde y menos en invierno. Pero en el ecuador la noche cae cada día a las 6 de la tarde. Si con  la vuelta a Greenwich se adelanta la hora del almuerzo, acortando la mañana, ya no es necesario salir a desayunar a media mañana.

El 30 de marzo de 2014 sería una buena fecha para volver a nuestro huso horario. Si no cambiamos la hora del reloj, estaremos de nuevo en nuestra zona horaria. Si además adelantamos una hora los telediarios del mediodía y la noche, y adelantamos la hora de comer a las 13.00, volviendo a trabajar a las 14.00, habremos andado una gran parte del camino. Quizás haga falta una mayor concienciación de las bondades de los horarios racionales, poniendo ejemplos de personas y empresas que los están utilizando, mostrando los datos de mayor productividad empresarial y mayor felicidad familiar y sostenibilidad social que llevan asociados. Perdemos 1 hora de sol, pero ganamos 1,5 hora de tiempo para nosotros.

Estos días han aparecido artículos en todos los periódicos españoles y muchos extranjeros como The Guardian [4], The Quartz, [5]  The Fortune [6], the Washington post, Handelsblat, Fortune… Os adjunto dos cortes de informativos: de Antena 3 (ver enlace) [7] y La Sexta (ver enlace) [8], una intervención mía en La 2 (ver enlace) [9]  y una entrevista que me hicieron en TV3 (ver link para los que entendáis catalán) [10].

¡¡Que siga el debate!!