La mayoría de sistemas de remuneración variable son ineficaces y, muchas veces, contraproducentes.
En muchas empresas, sobre todo, familiares, no se fijan objetivos medibles, y la remuneración variable se convierte en un fijo, o se dá al albur del propietario, pero no han contribuido a la mejora de los resultados.
En las empresas en que el «bonus» está condicionado a objetivos, la arbitrariedad viene dada o por objetivos fáciles de conseguir, fruto de la inercia del negocio, o si los objetivos son utópicos o irrealizables, la frustración del empleado es grande.En ninguno de estos casos el «bonus» ha conseguido mejores resultados.
En el mismo tema incluyo las » primas» a los futbolistas por ganar partidos o campeonatos. ¿Es que algún deportista rendirá menos o no tendrá interés en ganar un partido si no tiene «prima»?. Los jugadores de la Selección Española de fútbol tenían una «prima» de 1 millón de euros cada uno si ganaban el mundial. ¿Sirvió para algo?. Y, es más, si un directivo o deportista no hace todo lo que puede si no tiene incentivo, ese directivo o deportista sobra en la organización.
La evaluación de directivos y la remuneración variable, son herramientas de gestión que ayudan a una buena implantación de la estrategia, siempre que se usen adecuadamente.
Los objetivos deben ser difíciles de conseguir pero realizables con esfuerxo. No se puede premiar lo que es fruto de la inercia.
Los objetivos tienen que tener en cuenta:
OBJETIVOS = INERCIA + RETO
Sólo se debe evaluar y premiar el RETO y, sobre todo, a largo plazo. En estos casos los sitemas de remuneración variable son útiles para fidelizar a directivos y para tomar decisiones favorables para el futuro de la empresa.
Los «stock options» y objetivos a corto plazo, favorecen la especulación , la corrupción y el fraude y, en muchos casos, hipotecan el futuro de la empresa.
Durante y después de la crisis, ¡cuántos directivos hemos visto cobrar bonus millonarios, habiendo sido culpables de la crisis de sus empresas, bancos o instituciones financieras!.