A veces se abusa del concepto de transparencia para dar a conocer informaciones que no necesariamente pueden ser calificadas de «noticias». Junto con el derecho a la información hay que preservar también la privacidad de las personas. Lo que cobra un directivo no debería ser noticia.
¿Era necesario emitir las imágenes de la ejecución del periodista James Foley?
Todo el mundo tiene derecho al buen nombre. La libertad de expresión no puede ser una excusa para hablar mal de los demás, y menos aún de difundir falsedades.
Los consumidores tenemos más poder para influir en las acciones de las empresas del que pensamos. Un reciente boicot a un programa de televisión lo demuestra.