Bernard, lleva 28 años en Nestlé. Belga de nacionalidad, en 1985 empieza en Nestlé en Bélgica, en 1990 pasa a la central de Vevey, en 1992 se convierte en director de Marketing en Hungría, en 1996 en Rusia. En 2000 regresa a Hungría como director general, en 2003 pasa a Vevey de nuevo como responsable de la división de alimentación fuera del hogar, en 2005 regresa a Rusia como consejero delegado y responsable también de Eurasia. Desde 2008 es CEO de Nestlé España y Portugal.
Su principal característica: adaptarse a diferentes culturas sin perder los valores y la cultura de Nestlé.
Bernard Meunier explica que su primera prioridad es establecer la visión de la compañía y concretar los objetivos a conseguir. La segunda es la implantación del modelo de negocio con la aceptación del equipo. Por tanto, mucha labor de comunicación. La tercera prioridad es motivar a toda la organización y crear un buen ambiente de trabajo.
«Hay que adaptar el estilo de dirección a las circunstancias del mercado, a la empresa y a la cultura de cada país. Dentro del grupo también hay que adaptarlo a sus distintos miembros. Hay personas que necesitan más micromanagement y otras que funcionan mejor con grandes dosis de libertad», asegura.
Incluso en una gran multinacional, donde la visión se define a nivel mundial, hay que hacer el ejercicio para adaptarla a cada país en función de dicho país y de la situación de la empresa en él.
En su opinión, la dirección general ha de promover una cultura que acepte los errores para que el miedo al fracaso no limite la innovación. Solo marcando objetivos ambiciosos (pero alcanzables ) y exigiendo su cumplimiento se pueden lograr grandes resultados. Todas las personas pueden aportar valor a una compañía desde sus distintos roles. Es función del director general encontrar las posiciones donde cada persona puede maximizar su aportación.