¿Subvencionar o comprar votos?

El Presidente de la Junta de Andalucía, Sr.Griñán, anunció en junio pasado el plan de “Segunda Oportunidad Educativa”, en sus siglas, SOE (no confundir con PSOE). A partir del próximo curso, se concederán 3.000 becas de 400€/mes a aquellos jóvenes en paro, de 18-24 años, que hayan abandonado sus estudios y quieran retomarlos.

El discurso-justificación de la Junta de Andalucía suena conocido: los especuladores del ladrillo atrajeron a nuestros jóvenes estudiantes, que no pudieron resistir la tentación de abandonar los estudios para trabajar en la construcción. Ahora, con el estallido de la burbuja, nuestros jóvenes se encuentran desamparados, sin trabajo y sin estudios. Una vez más es el empresario el que tiene la culpa de todos los males que achacan a nuestra sociedad. Ahora incluso, del abandono escolar, que por cierto en Andalucía es de los más altos de España.

Todo lo que suena a beca, y ayudar a estudiar y más si es al pobre, suena bien y capta votos. Sin embargo el efecto de esta medida gubernativa, una vez más, puede ser muy pernicioso. ¿Qué pensará el estudiante que ha continuado sus estudios, y no ha ganado un salario, no tiene coche tuneado, ni dinero para ir a la disco? Su compañero de pupitre disfruta de todas estas cosas y además le dan 400€ al mes, solo por que dejó de estudiar. Una vez más se castiga al buen estudiante y se premia al malo.

Me pregunto cómo encajará en clase de 4º de ESO un chico de 20 años. Lo veo difícil. Además, la supuesta beca es para jóvenes a partir de 18 años. Dudo que hayan llegado a trabajar, pues desde hace 4 años no hay empleo.

Además llueve sobre mojado. Desde el curso académico 2009/10 la Junta de Andalucía concede otra beca de 6.000€/año, para animar a los jóvenes a seguir estudiando y no ponerse a trabajar, atraídos por el malvado empresario. Dudo, por cierto, que en el 2009/10 hubiera muchos alumnos atraídos al mercado laboral, pues es sabido que desde el 2009 hay un paro que mata. Pero ahí están los 6.000 euritos al año… para seguir estudiando.

El coste de estas dos becas rondará los 80-100 millones/año. Pero el coste realmente relevante no es el económico, sino el social. Convertimos a una generación en dependiente del gobierno ya desde jóvenes, pues es el Gobierno el que les da de comer. Y, peor todavía, les mostramos con hechos que esforzarse en el trabajo, en el estudio en este caso, no merece la pena, pues solo te premian (te pagan) cuando no te esfuerzas. ¡Qué pena!