La decisión de adquirir City Nacional Bankshares, Inc., holding propietario de City Nacional Bank of Florida (CNBF) por Caja Madrid ha sido uno de los motivos que llevó al juez Elpidio José Silva a decretar prisión provisional para el ex presidente de Caja Madrid, Miguel Blesa, el 16 de mayo de 2013, con una fianza de 2,5 millones de euros para eludir la prisión (una cantidad que se depositó en apenas 24 horas, de modo que sólo pasó una noche en prisión).
El otro motivo –que no analizaremos aquí– fue la concesión de un crédito por valor de 26,5 millones de euros al grupo de empresas de Gerardo Díaz Ferrán cuando era consejero delegado de la entidad. Esta última operación ha llevado al sindicato Manos Limpias a acusar a Blesa por haber concedido este crédito de un modo “doloso”, ya que en él figuraba como “garantía un holding empresarial que se encontraba en quiebra”. Este sindicato relacionaba su modo de actuación al otorgar este crédito con la adquisición de CNBF.
La compra CNBF fue decidida por el Consejo de Administración de Caja Madrid en abril de 2008. El importe para adquirir CNBF, que contaba con 24 oficinas, fue de 1.117 millones de dólares (754 millones de euros al cambio aplicado en 2008). Se hizo en dos fases. Caja Madrid primero adquirió el 83% de la entidad y un año después el 17% restante. De este modo se quedaron por debajo del umbral económico que hacía obligatorio el visto bueno de las autoridades económicas de la Comunidad de Madrid. El Banco de España no vio motivos lógicos para este fraccionamiento.
Según el auto dictado por el juez Silva, la operación de compra del CNBF concurren “indicios de criminalidad”. El juez, apoyándose en informes del Banco de España, estima que el deterioro del fondo de comercio del CNBF “equivale, prácticamente, a su valor (581 millones de dólares), frente a su valor en libros (1.121 millones de dólares) y frente a lo abonado como precio de compra (1.117 millones de dólares)”. Según el Banco de España, la operación implicó un perjuicio de 500 millones de euros para Caja Madrid.
Tanto en la compra del CNBF como en el crédito a Díaz Ferrán, según el auto, se autorizaron unas sumas “desorbitadas”. El magistrado reprocha en el escrito que “el precio de compra excede respecto del abonado anteriormente por Banco Popular y Banco Sabadell, en relación con sendos bancos también domiciliados en Miami”.
El juez recuerda que la Office of the Comptroller of the Currency (OCC), un departamento independiente dentro del Departamento del Tesoro de EE. UU, que tras inspeccionar CNBF, hizo un diagnóstico bastante negativo de la entidad. Habla de “déficits muy relevantes en la supervisión del equipo directivo de la entidad, de cara a la debilidad económica general, sin que esté implantada estrategia viable de negocio”, además de un “alto y creciente riesgo estratégico”.
A juicio del Magistrado, Miguel Blesa cometió un posible delito societario de administración desleal. El auto afirma: “los indicios engarzan poderosamente con extremos tales como la ausencia de un análisis mínimamente solvente de viabilidad y de riesgo asumible, el estudio abiertamente insuficiente del nicho de mercado, el pago de un sobreprecio y la ausencia de sometimiento a los controles administrativos preceptivos.”
El juez Silva ha utilizado algún calificativo bastante fuerte. Afirma que la actuación de Blesa fue “aberrante” en la medida que, amén de eludir los controles preceptivos, no tuvo “las más mínima diligencia en la gestión y el destino proyectado de los fondos” de la entidad, pese a que la pérdida patrimonial en las dos operaciones referidas (adquisición de CNBF y crédito a Diaz Ferrán) resultaba “plenamente previsible y anticipable”. No duda tampoco en prestar una atrevida comparación para poner de relieve la actuación de Blesa: “Cuando viene un tsunami, no sirve de nada coger una tumbona para tomar el sol, por buena que sea la tumbona.”
Blesa ha señalado que la operación cuestionada fue aprobada no sólo por él sino por todo el consejo de administración de Caja Madrid. Contó con la aprobación por parte del Banco de España, que estudió la operación desde mayo a septiembre de 2008. La defensa de Blesa ya ha pedido la recusación del juez por “enemistad manifiesta” con su defendido y por ejercer el papel de “un denunciante”. Poco después de efectuar la compra, Deutsche Bank valoró CNBF entre 800 y 1000 millones de euros, en línea con la pagado por Caja Madrid, y Morgan Stanley justificó la operación como estratégicamente muy atractiva. Conviene añadir, por si tuviera alguna relación, que lo hicieron en el contexto del intento de colocación en bolsa de “Cibeles”, el holding financiero de Caja Madrid, en el que ambas entidades eran colocadores del tramo internacional.
El proceso va para largo y conviene ser muy cauto al enfocar un análisis ético de este caso. ¿La adquisición de CNBF fue un error estratégico? Quizá fue un error estratégico, pero habría que estudiarlo más a fondo. Hay datos contradictorios. Tuvo pérdidas hasta 2010, pero en 2011 entró en beneficios (39,02 millones de euros) y en 2012 aumentaron (54,55 millones de euros). Por otra parte, errores estratégicos se comenten todos los días. En el sector bancario, grandes bancos españoles como el Santander o el BBVA, han sufrido también pérdidas multimillonarias con sus inversiones en Estados Unidos, a raíz de la crisis financiera que no supieron anticipar.
¿Se cometió el error de pagar demasiado? Es posible. El Banco Popular abonó por el 100% de Total Bank, que entonces tenía un beneficio de 60 millones de dólares, cerca de 300 millones, mientras que Caja Madrid abonó 1.121 millones de dólares por una entidad que tenía 68 millones de beneficio. En cuanto al pago en ambos casos es alrededor de 3,3 del valor en libros. No obstante, algunas fuentes apuntan que aunque más allá de los informes parece que actualmente se oferta la compra del CNBF por un 90% de lo que costó.
Centrándonos en la administración desleal, se podría encontrar culpabilidad por haber tomado una decisión con escasa ponderación, tanto en el precio a pagar como en los beneficios previsibles. Si se hizo por ignorancia o por negligencia habrá que verlo. El auto habla en términos jurídicos de “indicios de criminalidad” y en un párrafo del auto habla de “ignorancia deliberada”, un término que, con todo los respetos, quizá no sea muy preciso, ya que no se delibera para quedarse en la ignorancia sino para obtener certezas. Pero, si lo entiendo bien, se refiere a ignorar el fiasco por tomar una decisión sin analizarla bien o por no evaluar debidamente los riesgos asumidos. Por el momento, no se ven indicios de desvío ilegal de fondos, ni cobro de comisiones ilegales. Si hay culpabilidad, será más bien por negligencia o por imprudencia al tomar la decisión de adquirir CNBF.
No descartaría una motivación de vanidad: el afán de reputación o poder o, tal vez, no querer ser menos que otros bancos en lugar de pensar qué es lo que más conviene a la institución en la presente situación. Todo ello no sin una gran dosis de «juego político» entre el poder de Blesa y el de la Comunidad de Madrid. Es posible que haya no existido una buena gestión tras la adquisición, pero tampoco está claro. Por el tono del auto quizá convendrá cuestionar también la imparcialidad del juez y su evaluaciones en materia de estrategia en los negocios bancarios. En fin, un caso a seguir, que no se puede desconectar de toda la trayectoria de Miguel Blesa y su gestión de Caja Madrid. Pero esto requeriría una investigación más profunda que esos sencillos comentarios de urgencia.
Profesor Melé: Sus mesuradas y prudentes valoraciones éticas en este caso y en otros que ha expuesto en su blog, son de por sí una propuesta pedagógica para razonar un juicio ético sobre una determinada situación.
Gracias por sus aportes y reflexiones en este campo de la ética empresarial.
Roberto Vázquez M.
Muchas gracias, Roberto. Palabras como las tuyas justifican sobradamente el esfuerzo.