Publicado en Expansión el 04 de diciembre de 2008.
Es muy difícil cambiar algo y avanzar cuando hay sensación generalizada de que todo va bien. La crisis financiera presente, con la enorme sensación de que casi todo ha ido mal, nos da una oportunidad espléndida para acometer cambios que en otros momentos serían muy difíciles de llevar a cabo. Me referiré en este artículo al sistema contable.
En Estados Unidos las normas contables se denominan GAAP (General Accepted Accounting Principles) y las elabora un organismo privado, el FASB (Financial Accounting Standard Board). En Europa, las normas contables conocidas como NIC (Normas Internacionales de Contabilidad) las elabora otro organismo privado, el IASB (International Accounting Standards Board). La Comisión Europea aprobó estas NIC, pero con retoques. Posteriormente cada país, adaptó las NIC pero con más retoques. La pregunta es: ¿Tan diferentes somos en España, Francia, Alemania, etc para que cada país tenga que aportar su propio toque nacional? ¿No sería mejor tener unas reglas comunes de contabilidad aplicables al cien por cien y por igual en cada país?. Yo creo que todos ganaríamos en transparencia… y ahorraríamos bastante dinero.
La buena noticia es que poco a poco, pero con penosa lentitud en mi opinión, las normas contables van convergiendo en todo el mundo y especialmente en el caso de Europa y USA. Pero siguen permaneciendo los localismos. Por ejemplo, hasta hace poco, las empresas europeas que cotizan en la bolsa de USA tenían que hacer un proceloso proceso de reconciliación contable. Ahora, la comisión del mercado valores de USA (SEC, Securities and Exchange Commission), permite que las empresas europeas presenten sus cuentas utilizando las NIC, pero… siempre que sean las NIC auténticas y no las NIC aprobadas por la Comisión Europea.
Más localismos. En España los grupos empresariales grandes, tienen que utilizar las NIC para sus estados contables consolidados. Pero para los estados contables de cada empresa individual tienen que utilizar el plan general de contabilidad español. Cierto que son muy similares, pero no son iguales. El resultado es que gastamos dinero innecesariamente en presentar nuestras cuentas en formato español, formato europeo, formato USA etc. Una pérdida de dinero y una pérdida de transparencia.
La solución parece sencilla. Aprobar unas normas contables comunes para todos los países, es decir que todos hablemos el mismo idioma. ¿Es tan difícil conseguirlo? Creo que no. ¿Y por qué no se consigue? Pues porque, como en todo cambio, en este proceso de unificación, algunos pierden poder e influencia (autoridades políticas sobre todo, pero también regulador, expertos en contabilidad, abogados) y es precisamente el que pierde el poder, el que tiene que decidir la unificación del sistema contable.