Publicado en Expansión el 01 de julio de 2009.
Cuando uno se gasta más de lo que ingresa, tiene que pedir prestado. En el caso del gobierno español, esa tarea la lleva a cabo el Tesoro Público, dependiente de la Secretaria de Estado de Economía, mediante emisiones de Bonos y Letras para financiar el déficit público.
La cantidad que el gobierno pide prestado depende de dos factores: el tamaño del déficit y la deuda a devolver de años anteriores (o deuda a amortizar). La deuda neta emitida en un año es la diferencia entre lo que se pide prestado (deuda bruta) y lo que se devuelve en ese año. Obviamente la deuda neta aumenta sólo cuando hay déficit.
Como desde el año 2000 el déficit público ha sido casi 0, la deuda neta emitida ha sido también casi 0 y por tanto el saldo de deuda viva (el dinero que el gobierno español debe) ha permanecido casi constante en torno a los 380 millardos (tocamos casi a 10.000 euros por habitante). En el 2008 se emitió deuda neta por unos 50 millardos (frente a 0 de los años anteriores). La emisión bruta fue de unos 110 millardos.
¿Y para el año 2009? Para el 2009, el gobierno está cambiando las previsiones cada mes. Mi estimación es que acabaremos con un déficit de unos 100 millardos, es decir, necesitamos deuda nueva por valor de 100 millardos. Además hay que devolver unos 80 millardos de años anteriores. Por tanto, tendremos que pedir prestado (emisión bruta de deuda) unos 180 millardos.
A pesar de lo abultado de la cifra, creo que el gobierno podrá captar esa cantidad en el mercado. La razón es que nuestro endeudamiento actual (en torno a los 430 millardos) es todavía bajo: un 40% del PIB, frente a un 100% de Italia, un 60% de Alemania y casi un 70% de Francia. La Unión Europea exige que la deuda pública no exceda el 60% del PIB. Por tanto tenemos un margen de 20 puntos de PIB o 200 millardos para endeudarnos. Este año consumiremos 100 y nos quedarán otros 100 para los años siguientes.
El problema está en que cuanto más pedimos prestado más caro nos cobran y por tanto suben los tipos de interés. Además si el gobierno capta financiación, las empresas tendrán más difícil conseguir dinero. En definitiva, escasez de financiación y más cara para el sector privado. Y sobre todo, las empresas piden prestado para financiar inversiones y ser más competitivas. El gobierno pide prestado para pagar salarios, lo que no nos va a hacer más competitivos. Como medida transitoria durante la crisis se puede entender… siempre que sea transitoria.
Eduardo Martínez Abascal es Profesor Ordinario del IESE en el área de Dirección Financiera.