Publicado en Expansión el 12 de agosto de 2009.
En el artículo anterior vimos que el modo de salir de la crisis, es conseguir que nuestras empresas vendan más y para ello hay que tener buen producto y a buen precio. El buen precio ya no lo podemos conseguir vía devaluación, por tanto no hay más remedio que mejorar nuestro proceso productivo y nuestros procesos en general.
Hay que revisar nuestro proceso de producción. ¿puedo fabricar el mismo producto con menor coste de componentes? En crisis puedo, de hecho debo, pedir una rebaja importante en el precio de los componentes. ¿Hay componentes alternativos, con la misma calidad y a menor precio? Pues habrá que buscarlos. Claro que esto supone trabajar, ponerse las pilas. Hay que vencer las rutinas habituales tales como comprar siempre al mismo proveedor que tenemos en la lista, en vez de buscar otras posibilidades, analizarlas y negociar, eso es trabajar y pelear.
Lo mismo se puede decir de la mano de obra. ¿Realmente necesito 100 horas para fabricar este producto? Respuesta, “siempre ha sido así”. Pues ha llegado el momento de que deje de ser así. Hay que revisar todo el proceso productivo y calcular las horas necesarias, necesarias de verdad, para llevarlo a cabo. Hay que eliminar todas las partes del proceso que no sean realmente imprescindibles. También hay que aquilatar el número de horas que estimamos para llevar a cabo un determinado proceso. Claro que eso supone trabajar, y trabajar horas de 60 minutos, no de 40.
Y esto mismo se puede y se debe aplicar especialmente en los procesos productivos de servicios. Y digo especialmente por que nuestra economía, como la de todos los países desarrollados, es mayoritariamente de servicios. Es más, creo que en los procesos industriales ya se ha hecho un gran esfuerzo de eficiencia, precisamente por que son sectores muy competitivos y hay que ahorrar hasta el último duro. Pero intuyo que en servicios no es así.
Ejemplos hay muchos. ¿Cuántos camareros necesito en un restaurante? Pues depende de la distancia entre la cocina y las mesas y del número de “paseos” que hay que hacer. La logística aquí, y en casi todos los sectores, cuenta mucho.
Pero donde creo que se puede ahorrar más es en los procesos que conllevan gastos generales: sistemas de control de calidad, contabilidad, control de costes, seguridad, informática, marketing, etc. En las empresas tendemos establecer procedimientos para evitar riesgos y al final uno quedan inundado de papeles, reportes etc que tiene que cumplimentar y que otros tienen que revisar… y frecuentemente son prescindibles.
En definitiva, se trata de trabajar más en algunos casos, pero en la mayoría se trata de trabajar mejor.