Publicado en Expansión el 28 de septiembre de 2010.
Es triste que un sector entero desaparezca y más triste aún, además de injusto que los trabajadores no cobren su salario. Y sin embargo, todo indica que la industria del carbón en España, herida de muerte desde hace muchos años, le queda poco de vida. Lo comento aquí aunque sé que esto es granjearse enemigos especialmente en Asturias, León, Palencia y Teruel, productores del 90% del carbón español.
La razón es sencilla, no somos competitivos. Tampoco el carbón, como se dice, es estratégico. Hay muchas fuentes alternativas de energía y muchos países deseosos de exportar carbón a un precio más bajo que el producido en España.
Que un determinado sector cierre en un país, es ley de vida. Los sectores menos competitivos pierden terrenos frente a otros países emergentes que producen más barato. Nos pasó aquí con el acero, los astilleros, el textil, etc. Además, hay sectores que desaparecen definitivamente: ¿Quién produce hoy en día máquinas de escribir como hacía Olivetti? Pues lo mismo ocurre ahora con el carbón en España.
¿Qué razones hay para justificar las subvenciones que desde hace décadas recibe el carbón en España? Pues la verdad es que no veo ninguna. Cierto que hay que paliar el drama humano del paro, pero este no se soluciona manteniendo artificialmente, con el dinero de todos, un sector que ya no tiene futuro.
El libro de la energía en España 2009 en su página 124 hace un buen resumen de las subvenciones (a pesar de que son de muchos tipos, cuantías y perceptores). Datos del 2009, en millones de euros.
– Ayudas a las 17 empresas privadas productores más Hunosa: 411 millones. El sector factura unos 500 millones y produce 10 millones de toneladas.
– Ayudas por prejubilaciones: 384 millones. El sector empleaba (sin contar subcontratados) 5.836 personas en el 2008 y 5.251 en el 2009. Deduzco que las bajas son 585 y les corresponden 384 millones, es decir a 0,6 millones por baja.
– Ayudas para cierres de capacidad: 26 millones
Total, 821 millones de euros de ayudas a un sector que emplea a 5.200 personas en plantilla. Tocan a 157.000 euros por trabajador y esto cada año. Nos saldría más barato cerrar y pagarles el sueldo de por vida hasta la jubilación. Para el 2010 están presupuestados un total de 870 millones y además ayudas a las zonas mineras, para reindustrialización e infraestructuras por valor de 589 millones. Es decir, un total de 1.459 millones en el 2010 para paliar el problema de 5.200 trabajadores. He de reconocer que realmente estos trabajadores tienen una influencia política que no tienen otros, al menos eso dicen los números.