Artículo publicado en Expansión el 17 de marzo de 2011.
El jueves pasado el Banco de España publicó su evaluación de la situación financiera de bancos y cajas en España. Resultado, las cajas necesitan 14.000 millones (14 millardos) para alcanzar el capital mínimo que se les pide del 10% sobre activos (ponderados por riesgo). El mismo día la agencia de calificación (rating) Moody’s cifraba en 40-50 millardos las necesidades de capital de las cajas, que en un escenario económico muy adverso podrían llegar a 100 millardos. Apoyado en esta razón, y en la poca credibilidad del gobierno español actual para reducir el déficit público, Moody’s rebajaba la calificación crediticia del Reino de España. Al día siguiente la portada del Financial Times y del Wall Street Journal Europe, se hacía eco de la rebaja crediticia por Moody’s y no del informe, menos dramático, del Banco de España (siempre venden más las noticias negativas que las positivas).
¿A qué se debe la discrepancia entre Moody’s y el Banco de España? Pues depende de la metodología que se use para calcular los activos en riesgo. Moody’s utiliza un enfoque macro: hace una hipótesis de crecimiento económico, y a partir de ahí asume un determinado nivel de morosidad (porcentaje de créditos bancarios que acabarán en impago). Por último, añade una hipotética tasa de recuperación de impagados o porcentaje del montante total del crédito impagado que podrá ser recuperado al ejecutar las garantías reales que lo avalan (vía venta de terrenos, casas, etc.).
El Banco de España adopta una metodología micro: va mirando, en cada caja y banco, los créditos concedidos, a quién, garantías, valor actual de las garantías, etc. En definitiva, tiene una información muy detallada sobre la situación de cada una de las cajas y bancos. La suma de pérdidas posibles, alcanza los 15 millardos, 14 en cajas y 1 en bancos. Me consta que el banco de España tiene inspectores trabajando desde hace mucho tiempo en cada una de las instituciones financieras en España, con acceso ilimitado a toda la información. El lector lo puede comprobar, preguntando a cualquiera que trabaje en las oficinas centrales de cualquier banco o caja.
Tiendo a confiar más en los cálculos del Banco de España que en los de Moody’s. Unos se basan en un análisis hiperdetallado y el otro se basa en unas previsiones macro, que pueden ser ciertas, pero que también pueden cambiar rápidamente en cuanto vengan aires más optimistas.
Por último: me parece que con tanta discusión sobre la salud de las cajas, no se ha prestado suficiente atención al principal factor para bajar el rating: la incapacidad de la Administración Publica, hasta ahora, de bajar el gasto público.