Artículo publicado en Expansión el 13 de abril de 2011.
Es experiencia probada que, con demasiada frecuencia, la gestión pública de las empresas acaba produciendo mal servicio al ciudadano, aumento desproporcionado del gasto público, o incluso corrupción. Los ejemplos son muchísimos desde mediados del siglo XX hasta hoy. El más paradigmático fue el ejemplo soviético que llevó a la pobreza a millones de personas. Hoy lo seguimos viendo en Cuba. Pero no hay que irse tan lejos para encontrar ejemplos. Aquí en España podemos comparar el servicio que recibía el ciudadano de empresas con monopolio público (ejemplo Iberia, Telefónica, etc.) y el que recibe de estas empresas cuando son privadas y (muy importante) hay libre competencia. O lo que cuestan las TV públicas, con pérdidas, versus las privadas, con beneficios. La evidencia es tan clara que sólo una persona que se mueve por ideología y no por datos, la puede contestar.
Esto, obviamente, es compatible con que puedan existir empresas públicas que compiten libremente con las privadas y que además lo hagan bien. Simplemente digo que su número acaba siendo escaso, y las experiencias negativas son mucho más abundantes.
Llevamos meses en que las Cajas son el centro de atención de la prensa internacional sobre los problemas del sistema financiero español y también como causa de un posible rescate europeo a España. Pues bien, resulta que las Cajas con más influencia política suelen ser, casualmente, las que más problemas tienen. Es un secreto a voces la influencia política a la hora de financiar determinados proyectos con demasiada influencia política en la decisión.
Un ejemplo típico es el de Cataluña. Aquí tenemos dos grandes Cajas: La Caixa y Caixa Catalunya (ahora CatalunyaCaixa). La Caixa ha luchado con denuedo para mantener su independencia del poder político, fuera éste del color que fuera. Y a mi entender, creo que lo ha conseguido. Simultáneamente ha tenido una gran expansión por toda España y es una de las tres primeras entidades financieras del país. Por el contrario, CatalunyaCaixa ha estado siempre bajo la tutela del Partit Socialista de Catalunya y es una de las entidades problemáticas y grandes del sistema financiero español. Esto, por supuesto, es compatible con que haya grandes profesionales en esa entidad (alguno muy buen amigo mío). Pues razón de más: si con grandes profesionales, la cosa acaba mal, habrá que ver quien está al frente del gobierno corporativo. Por cierto, esto de la influencia política, afecta a la izquierda y a la derecha, porque la otra gran entidad que ha necesitado más ayuda del FROB es Caja Madrid.