Artículo publicado en Expansión el 15 de junio de 2011.
Como era de esperar siguen los comentarios de recorte de gasto público después de las elecciones del 22M. Una de las ideas que está saliendo en la prensa es la necesidad de reducir ayuntamientos (en España hay unos 8.000). Como el ayuntamiento está próximo al ciudadano (“en el pueblo nos conocemos todos”), es lógico que haya muchos ejemplos sobre cómo los ayuntamientos malgastan.. por no citar cosas peores, de las que también hay evidencia. Hace sólo una semana me hablaban de un ayuntamiento de 100.000 personas, con 800 empleados, 100 de ellos en el departamento de urbanismo. En los tres últimos años no se había aprobado ni un solo plan urbanístico, porque ya se sabe que hoy nadie construye. ¿A qué se dedican esos 100 empleados?
Parece, por tanto, que es sensato reducir ayuntamientos: mayor eficiencia y reducción de gasto público. Y sin embargo, creo que estamos cayendo -una vez más- en el error de mirar el número pequeño y no el gordo. Me explico.
De toda la administración pública, ¿quién es el que más gasta en España?. Administración Central 211 millardos (miles de millones); Comunidades Autónomas 182; Seguridad Social 151; Corporaciones Locales 75. De la suma de todos hay que descontar 135 millardos por transferencias entre ellos… líos de la contabilidad pública para que no haya manera de aclararse. Los datos son de Eurostat 2009 (no hay más recientes… sorry). Los ayuntamiento son los que menos gastan, lo cual no quieren decir que gasten poco.
¿Y quiénes son los que más han aumentado su gasto? Es decir, ¿quiénes son los más gastosos?… ya que es a los gastosos a los que hay que controlar de cerca para que no nos lleven al huerto. Pues veamos. En el periodo 2007-09 (sólo dos años y de crisis) este ha sido el crecimiento del gasto de la administración pública, ordenado de más a menos gastosos: Administración Central 33% de incremento; Seguridad Social 24%; Comunidades Autónomas 16%; Corporaciones Locales 8%. Los ayuntamientos son los que menos han incrementado su gasto.
Por tanto, creo que habría que empezar la reducción drástica del gasto por aquellos que más gastan (empezar por los números gordos) y también por aquellos que son más gastosos y estos son: primero la Administración Central, luego la S.Social y las Comunidades Autónomas y en cuarto lugar, sólo en cuarto lugar, los ayuntamientos.
Insisto: estoy convencido de que se puede recortar, y mucho, en los ayuntamientos. Pero empezar por ellos, me suena a aquello de ver la paja en el ojo de tu vecino y no ver la viga en el propio.