Artículo publicado en El Mundo 30 de octubre de 2011.
Los mercados siguen inquietos sobre la deuda pública de España. Las agencias de rating nos bajan la nota. No se fían del gobierno de España (tanto central como autonómico que son los que gastan). Como no se fían, nos prestan poco y cada vez más caro. El resultado es que no hay dinero y hay que hacer recortes. Esta inquietud se transmite al ciudadano. ¿Nos tendrán que rescatar como a Grecia? Veamos los números para el lector se haga su composición de lugar.
El gasto de la administración pública en España en 2010 fue de unos 480 millardos (miles de millones). Esto es casi la mitad del PIB, que fue de unos 1.060 millardos. Por tanto el número más gordo de la economía española es el gasto público (como ocurre en todos los países europeos) y si hay problemas habrá que empezar por aquí, que es la cantidad más importante.
Durante el periodo 2000-2007 la administración pública española se financiaba sin problemas. La economía crecía más que sus vecinos (3,6% anual en España vs 1,5% en Alemania). Por tanto los ingresos fiscales iban bien y no había déficit público en España y sí en Alemania (-2,2% del PIB cada año). Como consecuencia, la deuda pública en España era la más pequeña de sus vecinos (36% de PIB en España vs 65% en Alemania).
Todo iba bien hasta el 2007. Sólo había un problema. Los políticos se habían acostumbrado a gastar y gastar y a prometer todo tipo de derechos y servicios que sólo un país muy rico se puede mantener. Y peor de todo, el ciudadano se había acostumbrado a ello. El gasto público en España creció casi un 100% en el periodo 1996-2007, mientras que en Alemania sólo creció un 12%. Y todo esto se podía hacer gracias a que el boom económico aumentaba los ingresos fiscales.
Llegó la crisis y nuestros políticos, primero, la negaron y cuando la reconocieron se dedicaron a gastar desaforadamente. En el 2009 los gastos habían aumentado en 70 millardos con respecto a 2007. Aumentó el gasto en funcionarios, en compras… en todas las partidas del presupuesto. Y aumentó muchísimo más en las comunidades autónomas. Y esto en unos años donde todos, empresas y familias, nos apretábamos el cinturón. ¡Vaya un dispendio! (plan E y tal, ¿recuerdan?). Como además bajaron los ingresos fiscales en casi 70 millardos por la crisis (pagamos menos impuestos porque ganamos menos), resultó en un aumento del déficit de casi 140 millardos. En sólo dos años, pasamos de tener un superávit público de 20 a un déficit de 120, es decir nos gastamos un 32% más de lo que debíamos. En el 2010 el gasto público no disminuyó. Hubo subida de impuestos (IVA e IRPF) y el déficit bajó ligeramente hasta los 100 millardos.
Como consecuencia de esto, el gobierno tiene que endeudarse más y más. En sólo tres años (2008 a 2010) la deuda pública pasa de 380 a 650 millardos. Ahora cada contribuyente español (19 millones) debe a los bancos (por cuenta del Estado) 34.000 euros en lugar de 20.000. Su deuda personal ha aumentado en 14.000 en sólo tres años.
Imagínese usted que es un ciudadano alemán y tiene un amigo español al que le ha prestado 20.000€ en el 2007, pues al amigo español le va bien y parece buena gente. Usted ha estado en España y ha visto el nivel de vida que hay. Envidiable.
Al año siguiente (2008) el amigo español no le devuelve nada y le pide otros 3.000€ con la excusa de que ha tenido unos gastillos. Al año siguiente 2009, usted ya sabe que al amigo español le va mal, pero le llegan noticias de que sigue viviendo como cuando le iba bien, incluso gastando mucho más todavía. Su amigo español no le devuelve nada, pero le pide otros 6.000€ más, porque, según él, ahora gana menos por la crisis y necesita un préstamo para pagar todos los gastos que tiene. Usted se enfada, pero le vuelve a prestar. Llega el 2010. Usted ve que el cliente español no se ha apretado el cinturón, como lo ha hecho usted por ejemplo. Tampoco esta vez le devuelve el préstamo y le pide otros 5.000€ más. Pregunta: ¿es lógico que usted señor alemán se enfade con su amigo español y le diga que ya está bien, que pare de gastar y empiece a devolver el préstamo?
Lo que usted pediría y es lo que nos piden los inversores (los mercados) es que paremos de gastar y demos muestras al menos de buena voluntad. Sólo en 2011 parece que el gobierno de España (tanto central como autonómico) empieza a hacerlo. Pero ahora el problema (la deuda) es mucho más grande que hace 2 años. Hemos perdido dos años preciosos. ¡Qué pena!