El Gobierno estima que la economía española crecerá un 0,7% en 2014. Los empresarios (CEOE) son más optimistas y creen que creceremos el 0,9%. Enfatizo la palabra “creen” porque en esto de previsiones económicas, cierto, cierto no hay nada.
El FMI es mucho más pesimista y pronostica que el crecimiento económico de 2014 en España será de un más que modesto +0,2%, es decir casi nada… encefalograma plano. ¿De quién hay que fiarse? Yo prefiero fiarme de los empresarios y no del FMI , por tres razones que ahora explico.
En primer lugar, para que el PIB del año 2014 crezca un 0,2% sería necesario que el crecimiento del PIB en cada trimestre (el llamado crecimiento intertrimestral) fuera del 0,02% cada trimestre, es decir nada de nada. El cálculo lo puedo hacer el lector usando excel que publiqué la semana pasada. Parece demasiado negativo. Después de una secuencia de -0,8%, -0,4%, -0,1% y +0,1% lo más lógico es que los próximos trimestres ronden el +0,2% (en plan moderado) o incluso el +0,4% si somos más optimistas. Estos crecimientos no obedecen a series estadísticas sino al hecho de que las empresas de aquí venden ligeramente más (aquí o fuera) y ello porque han hecho un gran esfuerzo sobre todo de salir fuera y vender. No parece previsible que de repente se les paren las ventas, salvo que ocurra cualquier otra malísima noticia.
La segunda razón por la que desconfío (o no presto mucho atención) a las previsiones del FMI es porque su historial de aciertos es más bien reducido. En julio 2008 y después de 11 meses de crisis financiera, el FMI preveía que la economía mundial crecería un 3,9% en el 2009. La realidad fue que la economía creció un -0,8%. El FMI fue incapaz de prever la mayor crisis económica desde el la Gran Depresión en 1928. Las previsiones de crecimiento para España no han sido mejores:
- Julio 08. Previsión para 2009: +1,2%. Realidad -3,6%.
- Julio 09. Previsión 2010: +0,6%. Realidad +0,1%.
- Junio 10. Previsión 2011: +1,6%. Realidad -1,6%.
Extraiga el lector sus propias conclusiones sobre la fiabilidad de las previsiones del FMI.
La tercera razón por la que me fío más de lo que dicen las empresas que de lo que dice el FMI es que, a la postre, el PIB viene a ser la suma de las ventas de todas las empresas del país. Por tanto, para saber cómo irá el PIB hay que preguntar a las empresas. Es la empresa la que sabe si las ventas están repuntando o están estancadas; la que habla cada día con el cliente y siente el pulso diario de la economía. Esto desde el despacho en Washington es más difícil apreciarlo.