Como he escrito en las últimas semanas, el optimismo poco a poco va venciendo al pesimismo. De entrada es una buena noticia, pues la economía se mueve con el optimismo (o pesimismo) de las personas. Y eso pesa mucho más que lo que digan los modelos matemáticos de predicción económica.
Ahora el Banco de España ha adelantado que el crecimiento económico del tercer trimestre de 2013 ha sido del +0,1%. Es el primer dato positivo desde hace 9 trimestres. ¿Hay lugar para el optimismo? Sí, por el cambio de tendencia: pasamos de bajar a subir, del negativo al positivo. Pero sólo muy moderadamente pues a la postre, crecer un -0,1% es casi lo mismo que crecer un +0,1%. Ambos empiezan por cero y son casi cero.
Y recuerdo las previsiones que ya expusimos la semana pasada, obviando las del FMI: el Gobierno cree que la economía crecerá un 0,7% en el 2014 y los empresarios, más optimistas, creen que creceremos el 0,9%. Y subrayo lo de «creen», porque las previsiones no son cálculos exactos.
¿Y qué previsión es más fiable? Yo particularmente me fío –lo decía también en el post– más de la opinión de las empresas, por las siguientes razones que explico a continuación.
A la postre, un buen indicador del PIB en euros es la suma de las ventas de todas las empresas que operan en España. De hecho para salir de la crisis lo que hay que hacer es conseguir que las empresas de aquí vendan más. Si venden más, sea en España o fuera, crearán empleo; si crean empleo hay más gente que gana salario y que consume más, y con el mayor consumo vienen mayores ventas. Entramos así en el círculo virtuoso de la economía.
Si las ventas crecen la empresa invierte. Con ello, consumo e inversión, componentes principales del PIB comienzan a crecer. Además, con más ventas y más salarios, hay más recaudación de impuestos, menos déficit, menos recortes, factores todos ellos que contribuyen al crecimiento económico. También el sector financiero (otro de nuestros puntos débiles) se beneficia, pues con mayores ventas y salarios hay menos morosidad e impagados.
Desde septiembre son muchos los empresarios que comentan la mejora que perciben en ventas, aunque leve, y las mejores perspectivas que tienen para el futuro próximo. Son especialmente relevantes los comentarios de empresas de consumo, pero también banqueros. Todo esto son buenas noticias.
Algún escéptico podría pensar que se trata de una táctica: vender optimismo para que la gente se anime. Podría ser, aunque no lo creo. En cualquier caso, a la economía (y a nuestros puestos de trabajo) le viene muy bien una actitud optimista y de superar los problemas… y le viene fatal el pesimismo continuado. Comenzamos a salir del agujero, pero nos costará mucho, pues el agujero que hicimos era muy grande y profundo.
Versión actualizada del artículo publicado en el El Periódico el 31 de octubre de 2013. Artículo en pdf
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