En el aeropuerto de El Prat, estos días ha habido (y todavía hay, y habrá) un caos notable. ¿Por qué? Podemos en cierto modo estar muriendo de éxito. Vueling, que nació aquí y que tiene aquí su centro, aunque era una filial de Iberia y que hoy forma parte del grupo IAR junto con ella, ha crecido de manera considerable. Es la línea líder del aeropuerto de Barcelona, donde transporta, según la prensa de estos días, 26.000.000 de pasajeros por año, que significa unos 70.000 al día en promedio (seguro que en verano es más, o incluso mucho más). Según la web de Iberia, comenzó en 2004 con una flota de dos Airbus y cuatro líneas. Se dice que los problemas de estos días son debidos al crecimiento y esto puede ser cierto de manera perogrullesca. Como aquello que les gusta decir a las autoridades de tráfico de que la mayor parte de los accidentes se coche son debidos a la velocidad; en realidad lo son todos, porque a velocidad cero no habría ningún accidente. Igualmente, cuando no se tienen aviones ni personal para servirlos es que se ha aceptado una demanda superior al la que se debería haber aceptado. Desconozco los problemas concretos, pero es de sentido común que, cuando se está trabajando al límite, cualquier pequeña incidencia (un overbooking en un avión – sea por error o voluntariamente – un retraso en un aeropuerto lejano, etc.) puede hacer que la cosa «caiga». Entonces hay cuatro reflexiones a hacer, al menos.
Una, que cuando se trabaja al límite la probabilidad de tener problemas serios aumenta mucho. Con unos pocos aviones de sobra y el personal adecuado, siempre puedes llegar a tiempo, o si pasa algo es puntual y se arregla en horas. Pero si se hace así se gana menos dinero, claro, y posiblemente hay que poner unos precios más caros.
Entonces, y en segundo lugar, los usuarios entusiasmados por los bajos precios están colaborando a que esto suceda. El «low-cost» se inventó en otras latitudes para mejorar el servicio suprimiendo costes por cuestiones marginales (comidas y bebidas, para entendernos) que al pasajero le interesan poco, no para ir con la soga al cuello. Aquí, ya vemos que no. No es sólo el problema de hoy, todo el mundo tiene anécdotas de lo que le pasó la última vez que fue con Vueling. Y nos aguantamos, y vamos con Vueling. A veces porque no hay alternativa, pero a veces sí los hay, pero los precios son apetecibles y …
Tercero, que periodistas y perjudicados han comenzado desde hace dos o tres días a recitar los derechos que tiene el pasajero. Que si tiene derecho a que le informen, que si tiene derecho a cobrar una indemnización, que si tiene derecho a un refrigerio, que si tiene derecho a que le devuelvan el dinero, que si tiene derecho a ir en el avión siguiente. .. Es verdad, tienen razón, pero reclamar derechos en una situación como ésta no contribuye a resolver el problema. Cuando se va ahogado, se va ahogado. Porque, claro, cuando el problema es que faltan aviones y tripulación, sólo se puede resolver aumentando los aviones y la tripulación, lo que es difícil, no se improvisa. O disminuyendo los pasajeros. Y aquí es donde quizá algunos pasajeros podrían pensar si el viaje les es imprescindible, y si lo es ahora. Y luego, reclamar, poner denuncias a consumo, exigir indemnizaciones, y todo lo que se quiera. Pero es que no hay más cera que la que arde…
Finalmente, las tácticas de «rompe y rasga» para aumentar beneficios suelen dar estos resultados. Y si siempre ha habido gente que ha querido hacer eso, desde el comienzo de la crisis, los comportamientos irresponsables de muchos directivos han aumentado en esta dirección una barbaridad. Y luego salen en la prensa como los salvadores de la patria porque han aumentado los beneficios. Y este es un sector donde la racionalidad suele ser escasa (sólo hay que recordar varios desastres conocidos), y la eficiencia de verdad (es decir, no la de ahorrar dando menos servicio no limpiando el avión y comprimiendo a la gente, etc., sino la de hacer las cosas mejor hechas) no se ve demasiado por ninguna parte.
Ahora, como ya hemos dicho, el tema concreto es difícil de arreglar, pero más difícil será si alguien no empieza a poner orden en el sector. Aunque salga más caro viajar. Pero es mejor que salga más caro que el caos de estos días.
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Totalmente de acuerdo con tu opinión, es un tema muy complicado, pero al fin y al cabo, hay que encontrar una solución porque la gente tiene derecho a viajar. No pueden cometerse este tipo de incidentes porque generan un caos en el aeropuerto de difícil arreglo y no nos favorece a nadie del sector. Muy buen post! 🙂
Buenos días,
Creo que seria conveniente hacer solicitar indemnizaciones a causa del tráfico aéreo que estan causando estas compañias.
La opinión es acertada, pero que pasaria si la gente a quienes se le favorece no estan deacuerdo en algun momento y deciden tomar un paso al costado, el costo cambia, esto suele suceder cuando el servicio esta de la mano con un precio que no es ni tan reducido, ni tan alto, es mi opinion.
Muy interesante y muy detallado este post.
http://www.misstipsi.com
Este año han vuelto a suceder cosas extrañas. Hay que encontrar una solución. Mención especial a lo que comentas de los accidentes de coche, en todos los ámbitos, la velocidad juega un papel muy relevante.
No me parece extraño que haya huelgas de la manera que como les tratan… lo que me parece extraño es que haya pasajeros, de la manera como les tratan…
Interesante reflexión, y sin duda un problema de difícil solución.
No se como he llegado a este artículo porque es bastante antiguo pero veo que no ha cambiado nada la cosa desde que lo escribió el autor. Nosotros somos un despacho especializado en accidentes de tráfico y por compromiso con familiares y amigos hemos tenido que llevar reclamaciones por retrasos en vuelos y cosas así y si ya lo de las aseguradoras es un mundo cruel y despiadado lo de las empresas estas low cost son caso aparte