Publicado en Expansión el 27 de mayo de 2009.
La semana pasada vimos que la inversión (construcción y bienes de equipo) representa casi el 30% del PIB, con un montante de 320 mil millones de euros (mm€). Es el segundo componente en importancia del PIB y el que más ha contribuido al crecimiento en España durante los últimos 15 años. El crecimiento anual promedio de la inversión ha sido del 5,5% frente al 3,5% del PIB.
El pico máximo de crecimiento de la inversión se alcanzó en el tercer trimestre del 2006. Desde entonces la inversión ha seguido creciendo pero cada vez menos, señal de que la economía se iba desacelerando y de que los empresarios veían el futuro menos claro e invertían menos. En el segundo trimestre del 2008 ya teníamos crecimiento negativo de la inversión, señal clara de crisis económica. Perdimos un tiempo precioso durante el 2008 deshojando la margarita sobre si teníamos crisis o no, cuando los propios indicadores del INE lo señalaban con nitidez. Por último, la crisis financiera de otoño 2008 (y siguientes) ha agudizado la crisis de confianza y la inversión se ha desplomado en el cuarto trimestre del 2008 y primero del 2009, como nunca lo había hecho antes (descensos del 9% y del 13% respectivamente).
La inversión en bienes de equipo, es un elemento importante del PIB, pero sobre todo es un indicador del crecimiento económico futuro. Si invertimos en bienes de equipo seremos capaces de producir a menor coste (ser más competitivos) y esto hará que podamos vender más en el futuro y por tanto crecer más y generar más empleo. Por el contrario, la inversión en construcción de casas no mejora la competitividad futura de la economía. La construcción de casas crea riqueza pero solo mientras se está construyendo, y desde luego no me ayuda a ser más competitivo y a vender más en el futuro.
Un problema que tenemos en España es que la inversión ha sido mayoritariamente en construcción (18% del PIB), mientras que la inversión en bienes de equipo alcanza sólo el 7% del PIB. Vaya, lo que ya sabíamos: dependemos, o hemos dependido, mucho de la construcción.
¿Y que se puede hacer para que aumente la inversión? Sólo hay cuatro modos para que el empresario se anime a invertir: que bajen los costes de la financiación (y más bajos no pueden estar), que haya financiación (y en esto hay mucho que mejorar), que se subvencione la inversión (más subvenciones!!) y sobre todo, que mejoren las expectativas de ventas. Y en esto también hay mucho que mejorar.