Publicado en Expansión el 22 de julio de 2009.
Acabo el serial de la crisis, antes de que el lector acabe agotado. Y lo acabo con un resumen (con pocos números) sobre las causas fundamentales de esta crisis.
Durante la década del 2000 hemos crecido casi al 4% anual, más del doble que nuestros colegas europeos. La causa fundamental ha sido el crecimiento de la construcción (a un ritmo del 7%-8%) y del consumo.
La construcción desató un círculo virtuoso en la economía. Subía la construcción y esto generaba empleo. Al subir el empleo aumentaba el consumo. Al aumentar el consumo aumentaban las ventas de las empresas y éstas invertían en nuevas máquinas para hacer frente a la creciente demanda. El aumento de la inversión también producía aumento del PIB. El aumento del PIB, repetido año tras año, alimentaba el optimismo y la gente consumía más todavía, incluso endeudándose, contribuyendo así a mayores ventas, más empleo, más inversión y así sucesivamente hasta que la burbuja explota.
La burbuja explotó porque construíamos 700 mil casas, cuando solo se necesitaban 300 o 400 mil a lo sumo. Y porque el español promedio no puede pagar 6.000 euros el m2. Esto se vió ya en el 2007. Con la caída de la construcción vino la caída del empleo y como hay menos gente con salario, el consumo baja. Y como el consumo baja, las ventas de las empresas bajan y tienen que despedir a gente, con lo que vuelve a bajar el consumo. Y por supuesto, las empresas no invierten en máquinas ya que no venden. En definitiva, entramos en el círculo vicioso que nos lleva a ir de mal en peor.
Para colmo de males estalla la crisis financiera en verano 07, con dos efectos muy negativos. En primer lugar desaparece la financiación, con lo que los pocos que querían comprar casa o invertir en máquinas (porque les iba bien), no pueden hacerlo ya que no consiguen el dinero. Otro elemento más de ralentización la economía. Pero el segundo efecto de la crisis financiera es, en mi opinión, mucho más pernicioso: durante meses no paramos de oír noticias negativas y en ese ambiente, es difícil que uno se anime a consumir, aunque le vaya bien y su salario no peligre. Esto hace que el consumo caiga como nunca lo había hecho hasta ahora.
Resultado, que estamos en la crisis económica más fuerte de los últimos 50 años (o más). Nuestro PIB está bajando un 3% y probablemente agudice su bajada, ya que si crecíamos más que nuestros colegas europeos, es lógico que ahora bajemos más.