Publicado en Expansión el 14 de octubre de 2009.
El modo de parar la crisis es que las empresas funcionen y si es posible que se creen más. Si las empresas funcionan, se mantendrá el empleo y con él, se reanimará el consumo y con él aumentarán las ventas que llevarán a nueva contrataciones y a volver al proceso de crecimiento. Por el contrario, el mejor modo de ahondar en la crisis es dejar que las empresas sigan cerrando. Por tanto se trata de ir tomando pequeñas (o grandes) medidas que faciliten la vida a la empresa y le ayuden a salir de sus problemas.
Uno de los problemas clave hoy en día es la falta de financiación. Y este problema es más grave para las PYMES: un banco siempre está más dispuesto a prestarle a Repsol que a Pérez Hermanos S.L. Pero resulta que el 97% de los 3,3 millones de empresas existentes en España son PYMES que emplean a menos de 20 empleados (Datos INE, Agosto 09).
Resulta que en España tenemos la mala costumbre de pagar muy tarde: 90 a 120 días es muy común… y 180 también. Y como cobramos tarde, el dinero que no cobramos hay que pedirlo prestado al banco.
Si una empresa vende 100€ al año y cobra a 90 días, como 90 días es la cuarta parte de un año, tendrá en su balance una deuda de clientes de 25€, la cuarta parte de las ventas del año, no es poco dinero. La partida de clientes por cobrar, suele ser en muchísimas empresas una de las más importantes del balance. Y claro, tendrá que pedir al banco prestado ese dinero. Sólo si la empresa es grande, podrá hacer lo mismo con los proveedores y pagarles tarde. Resultado: las empresas pequeñas son las que más tarde cobran y más financiación necesitan y son las que menos posibilidades tienen de conseguir esa financiación del banco. De toda esta pelota de empresas que se pagan tarde entre ellas, el único beneficiario es el banco que les da la financiación a todos.
Solución. Muy sencillo. En Europa, se paga en promedio a unos 60 días: es lo que marca la directiva europea sobre el comercio. Pues bastaría con exigir que se cumpla ese plazo. Incluso ir a más, reducir el plazo de pago a 30 días… al menos durante la crisis. No se resolverían todos los problemas, pero se suavizaría al menos el problema financiero. Más sencillo todavía: que el Sector Público (Comunidades Autónomas, Ayuntamientos, Seguridades Sociales, etc) paguen a tiempo a sus proveedores!. No es una medida costosa y algo ayuda; como dice el dicho: “un grano no hace granero pero ayuda a su compañero”.