Publicado en Expansión el 12 de mayo de 2010.
Hace dos semanas el Ministerio de Fomento anunció su intención de revisar las subvenciones que hasta ahora vienen recibiendo las energías renovables. Las diversas asociaciones del sector se han unido en lobby para presionar contra esta medida. Han exigido al gobierno que clarifique ya su postura y vaticinan todo tipo de males si se lleva a acaba esta reducción: descrédito internacional, aumento del riesgo del país, etc.
El motivo de alarma en el Ministerio es la cuantía de las subvenciones a las renovables y su crecimiento: 6.200 millones de euros en el 2009 (frente a 3.300 en el 2008).
De estos 6.200 millones de ayudas, la fotovoltáica (los parques solares o “huertos solares”) recibieron 2.330 millones, siendo así que apenas producen el 1%-2% de la electricidad. A modo de comparación, la energía eólica recibió la mitad de subvenciones (1.140 millones) y produce el 15% de la energía.
El problema tiene fácil explicación. En un intento de fomentar la energía solar, el Gobierno aprobó una subvención de 45 céntimos/kilowatio para las fotovoltáicas. El precio en el mercado libre es de 7 céntimos el kilovatio. Es decir la subvención era casi 6 veces el precio de mercado. El RD 1578/08 rebajó esta subvención a 32 céntimos, sólo 5 veces el precio de mercado. La patronal fotoeléctrica aceptó esta medida y asumió el sacrificio.
La consecuencia fue una carrera para conseguir instalar todos los parques posibles que se lucraran de la subvención antigua. De hecho las subvenciones a las fotoeléctricas pasaron de 194 millones en el 2007, a 989 en el 2008 y 2.330 en el 2009. La previsión de Fomento es de 3.100 millones en el 2011.
El diagnóstico, en mi modesta opinión, es sencillo. Una subvención de 6 ó 5 veces el precio de mercado no puede justificarse. Produce enormes distorsiones en el mercado, con exceso de capacidad y sobre inversión. Además, puede dar lugar a abusos, por el afán de conseguir tan suculenta subvención.
Se dice que la energía fotovoltáica es el futuro y máxime en un país como España. Puede ser. Pero de momento no lo es si tenemos que pagar por ella cinco veces el precio de mercado. Habrá que esperar a que la tecnología se desarrolle y dedicar la subvención a la investigación en células fotoeléctricas más eficientes. Esto será más eficiente y mucho más barato. Y para acabar, ¡bien por el Ministro D. José Blanco que parece que es el único que se ocupa de proteger nuestro dinero!