Publicado en Expansión el 27 de octubre de 2010.
En artículos anteriores comentaba que se está poniendo mucho énfasis en el capital mínimo que los bancos deben tener y mucho menos en el riesgo de los activos en los que invierten los bancos. Seguiré con varios ejemplos de causas de la crisis bancaria y sobre los que en mi modesta opinión se ha hecho poco o nada.
Agencias de rating. Son las que “oficialmente” miden el riesgo de los activos en los que invierten los bancos. Son la guía oficial utilizada por el supervisor bancario. No se ha hecho nada para evitar sus errores (recordemos, Lehman tenía A- el día de su quiebra). Si su papel es tan clave, ¿cómo es que no se hace público y transparente su sistema de calificación? ¿Cómo es que no se elimina el conflicto de intereses entre agencia de calificación y empresa calificada?
Productos novedosos. Si no tienen histórico de default (impago), debería aplicárseles una provisión importante sobre el margen que cobran. Ejemplo, si el margen en un producto conocido es del 1% y en un producto nuevo es del 6% es porque este último tiene más riesgo, por eso se cobran 5 puntos extra de prima. Pues bien, buena parte de esos 5 puntos deberían ir a provisión, hasta que tengamos evidencia histórica del riesgo del producto.
Mejorar la supervisión. Se comentó en plena crisis que no se sabía el tamaño del agujero de algunos o muchos bancos. ¿Cómo es posible? Cualquier sucursal bancaria en España tiene una información completa de todos los créditos que tengo con todas las entidades que operan en el país. Y esto para un individuo. ¿me quiere decir usted que el regulador bancario USA no sabe en qué tienen los bancos invertido su dinero? Hard to believe! O muy mal funciona la supervisión. Algo habrá que arreglar. No se ha hecho nada.
Poner coto a los bonus que incentivan ganancias a corto plazo y que llevan a invertir en productos muy rentables en años buenos y por tanto muy riesgosos…que producen pérdidas masivas en años malos… Tampoco se ha hecho nada al respecto.
Otra alternativa es no hacer nada y que el banco malo quiebre. ¿Y el riesgo sistémico debido al tamaño, el famoso too big to fail? Pues mire usted, aquí en el 93, fue intervenido y luego vendido el Banesto, uno de los grandes. No hubo terror, ni crisis bancaria, no pasó nada. Si un banco quiebra, se vende, por partes o entero, entre los bancos sanos y se acabó el problema. Claro que para eso hace falta un supervisor que esté al loro y sepa cómo le va la fiesta a cada uno.